[Dia 2][Gràcia] Conociendo la ciudad (Tunguska y Esteban)

Torció el gesto,y alzó una ceja. Era al primero al que no le sacaba un cigarrillo y eso, eso la ponía de los nervios. LA le traía un cúmulo de malos recuerdos y lo peor, muchos buenos. Eso la jodía sobremanera.

Se separó de la pared, y comenzó a buscar el cigarrillo por el suelo. ¡Jodida mierda! ¿Por qué tenía que ser el último? Gruñó de forma gutural, inclinándose sin pudor alguno o consciencia de que iba vestida con muy pocos metros de ropa.

- ¿Qué coño es lo que quieres conseguir? ¿Un territorio? ¿Cargarte a algún hijo puta que te ha jodido? ¡Bah! Todos igual, todos igual. Poder, control, comida, resarcir esa parte cabrona que llevamos... - dijo, con un tono corrosivo, dándole la espalda, en cuclillas mientras olisqueaba de forma más que audible la colilla, como husmea un animal - Conozco bien al dueño. Y está buscando gente. Como tú dices mantener ese sitio como está es algo duro. Lo mismo puedo presentartelo, si te interesa un currele. Pero querrá referencias y saber más de tí.

A chica empezaba a actuar de una manera muy extraba, Esteban supuso que buscaba el cigarrillo porque se agachó buscando algo en el suelo pero no se movió del sitio - Preciosidad, a todos nos mueven hilos que marcan nuestro destino, estos mismos hilos me llevaron de Chicago a L.A. y ahora lo han hecho hasta Barcelona... pero mientras estamos en un lugar, ¿por qué no divertirnos? dile al jefe que me interesaría saber más del puesto y en cuanto a las referencias... no tengo pudor en contar quién soy. - Esteban seguía mirado a la chica que seguía en cunclillas enseñando más de lo que cualquier chica querría - Por cierto si quieres un cigarro, - Se notaba que Esteban hablaba ahora de un modo inseguro, no estaba del todo claro las intenciones de aquella chica estando en esa postura - vamos a buscar uno. Seguro que encontramos alguien que nos preste uno o un paquete entero. -

Levantó la cabeza al escuchar el nombre de las dos ciudades, pero al estar de espaldas a Esteban no le mostró el cambio de expresión a una mucho más dura. Entrecerró los ojos y se puso en pie, resoplando y con la colilla en la boca.

- Puta madre - tomó la colilla con la yema de los dedos. Con cuidado de no quemarse con el minúsculo rescoldo que llegaba al filtro. Una calada larga y profunda con aroma sintético. Echó el vaho blanquecino y bajó la mirada hacia el filtro requemado. - ¡Bah! A la mierda. Venga vámonos por ahí - dijo, girándose y tirándolo a un lado - No te preocupes que se lo diré y el puesto - se encogió de hombros - lo que yo sé es que busca gente para el local. Algo fijo, con tu sueldo y todo eso. Hay un período de prueba y tal, pero según me he enterado dicen que hay participación de lo que se recaude cada noche de caja. De los beneficios, ¡vaya!

Se mantuvo unos segundos en silencio.

- ¿Has estado en el Sabbat?

- La verdad es que por dinero viene bien, ando algo pelado ahora. - dijo siguiendo a la chica que habia empezado a caminar - Bueno el resto de temas lo hablaré con él cuando llegue el momento, ya sabes hay que limar los flecos del contrato. - Cuando escuchó la pregunta de si habia estado en el Sabbat o no Esteban se sorprendió y soltó una risilla - Demasiada información de mi, preciosidad, nisiquiera se como te llamas. Venga esta vez una respuesta por otra. -

- Primero la tuya - dijo, parándose frunciendo el ceño y poniendole una mano en el pecho que le impidiera caminar - La gente con la que te has movido por mi nombre y créeme, honey, lo vale.

- Pues digamos que si pude serlo, pero hace tantos años de eso que lo he borrado de mi memoria. ¿Y que me dices de ti? - Esteban hablaba divagando, no queria dar información de más, realmente no sabia nada de aquella chica que le resultaba tan interesante.

- No, no, nene - dijo, y levantó la otra mano para que viera el índice extendido moviéndose frente a su rostro - Eso no paga mi nombre. Dí, sí o no y te ganarás el saber eso.

Esteban se llevo la mano al menton, pero la chica parecia realmente interesante, asi que decidió contestarla - Si, perteneci al Sabbat. Pero los dedos de la mano no son suficientes para contar los años que llevo lejos de esa secta. - Esteban ya se mostraba más serio, esperaba más confianza por parte de la chica, no le gustaba que la gente supiese tanto de él, pero tenía una corazonada con aquella "joven".

Lo miró, y la expresión dura fue desapareciendo hasta que comenzó a reírse, divertida.

- ¡No jodas! Has estado al servicio de la zorra de Wade. No me extraña que estés aquí- dijo, entre risas - Te acompaño en el sentimiento "hermano".

Retiró la mano, retrocedió un par de pasos. Con orgullo y solemnidad comenzó a hablar.

- Yo soy Tunguska, del clan Gangrel.

Después se echó a reír de nuevo, dándose la vuelta caminando calle abajo.

- Venga, coño, no te quedes atrás, "hermano".

Su respuesta lo dejó sorprendido, incluso se quedo parado durante un instante. No podia creer deante de quien estaba, aquella chica compartía un mismo pasado con él y por todos los diablos que era conocida en L.A. y más después de todo lo que había hecho, ¿cómo no se había dado cuenta antes?.

Cuando Tungusa se dió la vuelta Esteban reaccionó e infló el pecho orguloso de estar con una "hermana" que se encontraba en Barcelona en más o menos su misma situación - Es acojonante. - Dijo aún con voz de sorprendido - Llevo dos noches en Barcelona y me encuentro a una "hermana" separada de su camino como yo. Me re-presento ante ti soy Esteban Mayo, del clan Brujah como no podia ser de otro modo. Aunque puedes llamarme "Stay" muchos lo hacen de ese modo. - Ya caminaban juntos cuando siguió a conversación - ¿Y qué te a traido a ti a Barcelona? -

Esteban ya habia vuelto a ser como era, a su calma... aquella covnersación era toda una caja de sorpresas.

- Pues Stay - dijo, sonriente para borrar después la sonrisa - Digamos que USA se volvió muy duro para mí. BCN es un sitio tan bueno como cualquier otro, aunque lo cierto es que lo que quiero es pirarme al campito, no estar aquí encerrada. Pero, no puedo. Tengo responsabilidades y aunque quiero deshacerme de ellas, no soy capaz, de momento.

Volvió a sonreír y se llevó las manos a la espalda. Parecía más alegre y menos desagradable que antes.

- ¿Y tú? ¿Vas a quedarte mucho? ¿Te interesa trabajar para mí en El Cuervo?

Esteban soltó una carcajada enorme - No podía ser otra, "el dueño" del Cuervo Digital eres tú - Esteban seguía riendo - Supongo que mi camino estará atado a Barcelona durante un tiempo si, y si es por tu bien y por el mio seria un honor trabajar para ti en el Cuervo Digital, pero debería explicarme cual es la situación del Cuervo y que libertades y ataduras tendría trabajando en aquel lugar. -

- Jodida, como para todo el que camina solo. Solo es cuestión de tiempo que alguna de las sectas venga a tocar a mi puerta. Para entonces, quiero estar preparada. De mientras, intento crear un espacio para gente como tú y como yo. Donde no tengamos miedo a ser cazados y podamos alimentarnos sin tener que esclavizarnos por ello. Eso es lo que quiero. Una especie de Bocado, ¿te acuerdas del Bocado? - dijo, sonriente y con cierta añoranza.

Se encogió de hombros mientras lo miraba, divertida.

- Pues hasta donde desees implicarte. Cuanto más te impliques mayores son los beneficios, por lo demás, es como un curro normal y corriente. Por supuesto, espero confidencialidad por tu parte y si es posible, exclusividad de tus servicios - dijo, esta vez una forma tan profesional como si estuvieran sentados delante de una mesa en una entrevista de trabajo.

- Me parece justo. Esta semana la tengo algo jodida... ya sabes intentando conocer la ciudad - Dijo Esteban a sabiendas que no conocia nada de Barcelona - que te parece si me das la dirección del Cuervo Digital y me acerco el lunes por allí. A partir de entonces yo puedo hacerme cargo de la seguridad, si te parece bien. Y además me comentas de que fondos dispongo para la seguridad del local. - dijo frotandose los dedos - Ya sabes que la buena seguridad no es barata. -

- Lo sé, pero tendremos que apañarnos con lo que he "heredado" del anterior propietario y con lo que dispongo. No me he traído millones de LA. Aunque siempre hay formas muy divertidas de conseguir dinero - dijo, y sonrió con complicidad, el rostro se le iluminó con uan mirada traviesa. - Por eso no te preocupes. Lo que sí me gustaría saber es tu nivel de implicación mi llamémosle.. "causa"

- Puedes contar conmigo, pero necesito algo de tiempo para mis propios asuntos. - Dijo Esteban hablando con un tono serio, negociando - Estoy buscando a un tipo y debo encontrarlo, cuando no esté en el Cuervo podríamos disponer de un sistema de llamada para que en caso de necesitarme pudiese acudir rápidamente, un busca o simplemente un movil de trabajo, de todas maneras no tengo pensado moverme de Barcelona así qeu siempre estaré cerca del local y además ese sitio es un buen lugar para encontrar a gente. - Esteban soltó una risilla y continuó -Además tengo que saber con la gente que dispondría en el local y los sistemas de seguridad de que dispone en este momento el local, supongo que tendrá cámaras pero ya sabes hay otros métodos. -

Cuando terminó casi interrumpió a Tunguska para añadir uy solemnemente - Y yo nunca falló a los que confían en mí. -

- ¿Ajuste de cuentas o estás buscando a alguien importante para tí? - dijo, con voz y tono distraídos. Se adelantó un poco, y comenzó a caminar a largos trancos, con las manos a la espalda y fijándose de que ponía los pies en ciertos rayitas concretas del acerado, como siguiendo un patrón que solo ella conocía.

- Puedo ayudarte en eso, si quieres. Aunque, comprendo que es muy pronto para que confiemos en el otro. Sería una muestra de buena voluntad por mi parte.

Se giró de improviso, con una sonrisilla burlona en los labios. La mano desapareció en el pronunciado escote y tras unos instantes de lucha, se desincrustó del canalillo un móvil de últimisima generación, que lanzó a Esteban.

- Ya tienes móvil de curro. ¿Pasamos a la parte de la entrevista? Ya sabes los beneficios. Dietas, cobijo, pasta... Ahora es hora de que me digas qué me ofreces. De donde vienes, tu clan, a donde vas, trayectoria profesional y por qué te fuiste del sabbat.

- Un ajuste de cuentas... - Dijo pensativo - ... podriamos llamarlo así, y bueno quizá puedas ayudarme, lo único malo es que ni yo mismo tengo demasiada información sobre a quién busco. -

Despues de decir eso la chica le arrojo un movil - Joder esta guapo. - Dijo mirando el telefono que se guardó automáticamente en el bolsillo - Bueno ya te he contado parte de todo lo que me acabas de preguntar, pero para que veas que soy bueno te lo digo de nuevo. Puedo ofrecerte un tipo con experiencia en combate y que sabe como defender un refugio... soy un Brujah que viene de L.A. como sabes eso es un plus de experiencia. En cuanto a "trayectoria profesional" - dijo Esteban enfatizando las dos palabras - Llevo siendo un "matón" desde que tengo uso de razón... y han pasado muchos años te lo aseguro. - Ahora el brujah dejó pasar unos segundos, tenía la mano debajo de la barbilla, se le notaba pensativo, las ideas no debían ir demasiado rápido en aquella cabezota - La última cuestión es más complicada, el Sabbat no me permitía seguir mi camino, al desaparecer mi Sire mi camino cambió y había gente que me prohibia seguirlo por lo que muy sutílmente debí abandonar aquella senda que capaba mi libertad. ¿Ahora no tendré que hacerte una redacción con todo esto verdad? - Dijo el brujah bromeando

- No, una redacción no. Tendrás que recitarlo al revés, colega, en plan mensaje satánico.

Puso cara de burla, sacó la lengua e hizo los cuernos que se colocó sobre la cabeza, mientras ponía los ojos en blanco. Después se echó a reír. Parecía satisfecha. Se llevó el pulgar a los labios, y se pasó varias veces la uña sobre la piel, hasta que esta se levantó. Estaba algo pensativa, seria incluso.

- Como ya te he dicho, puedo echarte una mano. Y lo haré encantada, pero la voz de la experiencia - se señaló con los pulgares extendidos hacia ella - En este caso, yo. Puedo asegurarte que el camino de la venganza es jodido y no trae nada bueno. Piensa si te compensa hacerte daño y hacer daño a los que aprecies.Perderás aunque lo consigas.

- Ya he iniciado este camino Tunguska. - Dijo Esteban serio, aunque emitia una sensación extraña - Ahora no tengo a nadie a mi lado... digamos que la única persona a la que "apreciaba" ya no está, y hay gente que pagará por ello. - Se notaba la voz de rabia de Esteban, habia recorrido demasiado camino para encontrar a quien buscaba. No iba a detenerse en ese momento.

La mirada le había cambiado. El fulgor verde que no ocultaba la Bestia que deseaba ser y era.. Pareció palidecer aún más hasta parecer más que un cadáver. El rostro se volvió serio, tanto que aún pareció menos humano.

Esa estatua de mármol, congelada le observaba, pero el brillo de esos ojos pareció titilar y apagarse. Esos ojos mostraban una tristeza infinita, como los ojos de un niño o un animal mal tratado, o los de una madre que ha perdido a su hijo. La expresión cambió, volviéndose más cálida, más parecida a la de un mortal. Y con esa expresión entreabrió los labios, como si quisiera decir algo. Palabras que solo se dibujaron, pero jamás se pronunciaron.

Un paso adelante, con las manos extendidas hacia Esteban, con una mezcla de ternura y tristeza. Pero en el último momento, falló.

Lo miraba a los ojos, y el rostro se convulsionó de nuevo a su máscara fría, despreocupada e indiferente. Las manos variaron su recorrido, cruzándose de brazos, el cuerpo giró y le dió la espalda.

- Te ayudaré - dijo, con voz seca - Consideralo una generosidad de la casa, ayudarte con tus problemas. Si se te pone la cosa fea, allí estarás seguro y protegido.

Parecia que esa cainita tenía por dentro más sentimientos de los que quería demostrar, pero no la conocia lo suficiente aún, seguro que era una buena chica. - Gracias Tunguska, a cambio haré un buen trabajo en tu local, te lo aseguro. Seré tu jefe de seguridad si lo deseas y seré el mejor que hayas visto nunca. - Dijo guiñando el ojo mientras sonreia.

De espaldas se sacó algo arrugado, parecido a lo que alguna vez debió ser una servilleta de papel. Un pintalabios garabateó en un color sonrosado natural, unas letras largas y brillantes.

Se dió la vuelta, con esa mirada bestial, en un rostro que no perdía esa misma expresión extremadamente seria.

Extendió el papel con el nombre y la dirección de El Cuervo hacia Esteban.

- Ven el lunes.

- Asi se hará guapa. - Dijo mientras recogia el papel y lo ojeaba. - Estoy deseando poder ver el local. Pero bueno habrá que esperar. - Mientras se echó las manos a los bolsillos - Ahora debo marcharme, tengo cosas que hacer estos días y me daré prisa para estar disponible para tí el lunes. - Esteban guiñó un ojo a Tun y empezó a caminar hacia delante sin echar un ojo hacia atrás.


Off: Por mi este evento esta finalizado.