[Día 5] [Habitación de Cristina] Sangre y máscaras (Baltazar)

Habían pasado varias noches desde entonces, desde la primera vez en la que cruzaron las miradas, unos ojos llenos de peligro que se contemplaban los unos a los otros llenos de misterio y cierta rivalidad. Durante varios instantes pensó en ello, pero decidió que lo mejor era volver a sumergirse bajo aquel mar carmesí en el que se encontraba y relajarse como dios mandaba.

Su habitación era otro tema. Varias grandes urnas de cristal se repartían por la sala conteniendo alguna que otra serpiente en su interior, otras, las más indefensas, se arrastraban tranquilamente por la habitación o reposaban sobre la cama. En las paredes se encontraban colgados algunos cuadros de fotografías impactantes, torturas, cráneos abiertos, cuerpos descuartizados... además de algún que otro adorno hecho con las pieles de animales o incluso de sus víctimas. Era un lugar un tanto escalofriante, un sitio en el que Cristina se sentía resguardada y cobijada. Y en aquel momento, la cainita disfrutaba de un agradable y excitante baño alumbrada únicamente por la tenue luz de unas pequeñas velas repartidas a su alrededor. Sin embargo, no era un baño cualquiera, sino algo más peculiar, pues en lugar de agua, era sangre lo que llenaba la bañera.

Era una noche tranquila, serena y sin preocupaciones.

Ya varias noches había pasado y las cartas estaban en juego, muy pronto se harian los primeros movimientos visibles, mientras, había una pequeña jugada que tenia en mente desde hace ya algunas noches.
Sin siquiera golpear a la puerta, la abro y entro en la habitacion, poco noto de la decoracion, soy un animal de caza y no tengo tiempo para admirar diseños de interior, yo solo exito para sobrevivir y sobrevivo para servir a la secta. Lo que no pasa desapercibido para mi e el fuerte olor a sangre que reina en la habitación.
- ¡Hey!, ¡chica serpiente!, tenemos que hablar...

-Entra por la puerta a tu derecha entonces- dijo desde el lugar en el que se encontraba, avisándole de que si quería hablar con ella sería mejor que entrase él, pues ella no tenía demasiadas ganas de salir de su relajante baño.

¿Qué más le daba si la veía en aquellos momentos? Eran vampiros sin escrúpulos, sin vergüenza ni reparos, además, seguro que hasta le gustaba aquel olor a fresca sangre humana.

Escucho su voz avisarme del comino correcto, aunque no era nesesario el aviso, el olor a sangre era fácil de seguir. Entre por la puerta sin llamar tampoco, y me planto en el marco, la chica esta desnuda, para mi es igual, jamas me interese por mujer u hombre en mi vida humana, mucho menos lo haría ahora.
- Tengo un pequeño juego para que empezamos...¿te interesaría salir de cacería?

Tras aquella pregunta, Cristina miró el mar rojo en el que se bañaba, después al Pander, una vez más a la sangre y nuevamente a Baltazar. ¿Acaso no veía que ya había cazado aquella noche?

-Si tienes sed puedes beber...- dijo jugando con su dedo sobre la superficie del espeso líquido -Aunque algo me dice que si quieres cazar es sólo por diversión, ¿me equivoco?- estaba claro, sino ya habría saltado dentro de la bañera cual fiera. O al menos eso hubiera hecho ella.

La Cobra se sumergió un poco más en la sangre dejando únicamente sus ojos sobre la superficie y mirándole fijamente de aquella forma que tanto le intimidaba. Sus morenos y largos cabellos se encontraban recogidos sobre la cabeza para evitar mancharse. Finalmente, volvió a emerger.

-Jugar, quieres jugar para empezar... ¿Para empezar a qué? ¿Qué es lo que deseas, Ductus?-.

Aquella invitación a beber de su bañera me parece repulsiva, jamas comería algo que no eh cazado yo mismo. Sonrió ante las preguntas de la setita.
- No me refería a cazar ganado...¿No te interesaría salir a probar suerte con algún camarilla?

Spoiler:

Aquella proposición le gustó más. Colocándose a gatas dentro de la bañera, se desplazó hasta apoyarse en el borde más cercano al Pander y dedicarle una pequeña sonrisa complacida.

-Eso suena mucho mejor...- dijo casi excitada por la idea -¿Qué nuevo plan tienes ahora, querido Ductus?-.

- Pues el mono con traje me dijo que harían una fiesta en la cuidad, algo bastante grande, y con buenas probabilidades de que la organice algún vástago...la idea es ir y averiguar si efectivamente hay algún sarnoso en esa fiesta, matarlo y largarnos...- Trueno mis dedos - ¿Que opinas?

-Me parece la idea más divertida y excitante desde hace... una hora, antes de tomar el baño, no me vas a negar que es un lujo- dijo con cierto tono burlón.

Le había encantado la idea de aquellos cainitas, a veces, Baltazar servía para algo más que insultar y hablar con la boca más sucia que el vertedero municipal, y aunque le odiaba al igual que a todo ser antropomorfo existente sobre la tierra, no podía evitar gustarle su plan.

-Creo que va siendo hora de que me ponga en marcha- dijo emergiendo del agua completamente y saliendo de la bañera como si allí no hubiera nadie más que ella. Bajo todo aquel manto de heridas, Cristina era una mujer físicamente hermosa, una lástima que su Sire hubiera preferido el cuerpo magullado y torturado al sano.

Seguidamente, abrió el grifo de la ducha y se adentró en ella para enjuagarse con cierta pena aquella sangre que tanto le gustaba.

-¿Me pasas la toalla?- dijo al terminar, señalando uno de los muebles.

Justo al lado de la toalla doblada, había un pequeño botecito que contenía dentro algo que parecían ser... sí, eran ojos humanos, unos de un color verde esmeralda de los que tiempo atrás se había encaprichado.

Comienzo a impacientarme cuando la sacerdotisa empieza a enjuagarse, demasiado tiempo perdido en estupideces, en cuanto me pide la toalla, extiendo la mano y se la lanzo.
- Sera mejor que te des prisa, la caza nos espera - digo con tono seco. Truenos mis dedos. Salgo del cuarto del baño, ansioso por que ella también es lista para partir.

No tardó en vestirse, aquella noche debía arreglarse acorde a lo que iban, una fiesta. ¿Pero cómo lo haría para ocultar sus heridas? Por suerte se trataba de una fiesta de máscaras, así que usó medias negras y tacón - aquellos con los que tan mal se defendía pero que servían mejor que nada para tirárselos a alguien a la cabeza -, un vestido de finas mangas largas con cierto toque elegante, el cabello suelto y lacio y una bonita máscara de estilo victoriano de aquellas que solía coleccionar para ocultar su rostro.

Pensó en Baltazar, así que también cogió una para él.

-Toma- dijo extendiéndosela al volver.

Finalmente, cogió su machete y se lamentó de no poder llevarse a una de sus pequeñas consigo.

-¿Nos vamos?-.

Miro la mascara que me pasa Cristina
- ¿Y que diablos es esta mierda?, esta es una mascara para maricas - Digo mientras la dejo caer al piso, acto seguido, meto mi mano en el bolsillo interior de mi chaqueta - Por suerte, tengo una que usaba cuando jugábamos a noche de brujas con mi anterior manada - Saco del bolsillo una mascara de latex con la forma de un espantapájaros, tiene algunos pajosos pelos amarillos coronando la cabeza - Mucho mejor - Me pongo la mascara, dejando a la vista solo mis ojos.

-Deberías ser un poco más agradecido, ¿no crees?- añadió entre dientes mientras se agachaba para recoger la máscara -Anda, vámonos. Si no fuera porque estoy muerta ya tendría un buen dolor de cabeza...-.

Suelto una dura y corta carcajada ante sus palabras, sin agregar nada, salgo por la puerta de su habitacion:
- Según dice el anuncio, el lugar sera dividido en varios salones independientes...- Trueno mis dedos - Y los salones serán asignados al azar...¿como le haremos para quedar en el mismo salón?

Saliendo tras él, apagó las luces de la habitación y la cerró asegurándola con las llaves, sentía algo de pena por tener que dejar a sus niñas solas en la oscuridad, pero no podía llevarlas consigo aquella noche.

-Así que al azar...- comentó en voz baja guardando las llaves y dándo media vuelta para mirar a Baltazar tras su máscara -Déjame pensar... Supongo que, como toda fiesta, tendrá a los típicos gorilas en las puertas que te obligarán a cumplir las normas al dedillo- añadió -Pero claro, nosotros somos seres superiores a ellos y hacemos lo que nos da la gana. Tendré al portero ocupado mientras tú pasas. No será difícil, poseo el poder Serpentis, el cual me permite mantener totalmente paralizado al contrincante mientras sostenga su mirada. Me esperas dentro, yo tomaré la entrada como si nada y vamos a la sala que se nos asigne- explicó más o menos -A unas malas siempre podemos buscar alguna ventana o conducto por el que entrar triunfantes-.

Aquella última frase la dijo con cierta picardía, le gustaban los planes arriesgados.

-¿Qué te parece?-.

- Lo de tu miradita de culebra me parece bien, con eso bastara - dice en tono despreocupado mientras sale del refugio y comienza a caminar en dirección a la cuidad...