Nuevos Horizontes

No vamos a disputar ese cargo Mahnamara, sabes que no hay rival para ti Las palabras eran sabias, los hombres allí eran realmente poderosos.

Dime Roland, Cuanto tiempo piensas quedarte en mi ciudad?... nuestros hermanos podrían aprender algo muy valioso de ti... cabalgar a lo bestia no es cosa vana, como muchos creen, Quien te inició en la Catarsis?... Cátaro se cruzó de brazos como esperando la respuesta pero en esto, un sacristán se acercó

Todo listo señores, dijo mirando al suelo, Mahnamara lo despidió con un tronar de dedos.

Sobre el tiempo de estadía en la ciudad, qué es el tiempo en estos días? Cada amanecer parece llegar más pronto cada vez –Podría tomarle siglos terminar su atrea.

-Mi tiempo de estadía no está fijado –agregó-, mi investigación apenas si empieza. Mi madre en la senda es la Perfecti Alison Benson de Montreal, ésta es precisamente una de las tareas que me ha encomendado como forma de avanzar en el entendimiento de la bestia.

Luego la aparición del “sacristán” hizo desviar la atención de Roland.

-Espero no haber llegado en mal momento –comentó-, me quedaré en el refugio comunal hasta que pueda hallar un refugio.

No te preocupes no es mal momento, un hermano siempre será bien recibido dice el Tzimisce Mahnamara justo cuando despacha el sujeto que llega.
Me encanta que un Dragón llegue a la ciudad, somos pocos, se pueden contar en los dedos te muestra la otra mano, tiene 4 dedos, todos del mismo tamaño
Como me convencerás para ser tu mentor, hermano Roland... por cierto, cuantos años hace que recorres la noche hermano?

¿Convencerlo? -se pregunto él mismo-, eso no pasaría ni en mil años, un Dragón nunca toma aprendices, toma sirvientes... pero igual era una buena oportunidad.

-Demostrando mi valía claro -contesto a la primera pregunta del Tzimisce. La segunda fue incluso más fácil de responder:

-No demasiados, puedo todavía contar las décadas en las manos, quizá, medio siglo -concluyó-. Y gran parte de este tiempo lo he pasado en mi ciudad natal, los años vuelan cuando se trata de aprender todo lo que se pueda... sin embargo.

No había pasado demasiado tiempo desde la llegada de Roland a la ciudad, pero había algo que podía notarse fácilmente, había un aire de intranquilidad, distinto de lo que podía notarse en una ciudad… sabbat.

-Seria posible –se animo a pregunta no mucho después de terminada su anterior participación-, que me indicara algo sobre el ambiente de Barcelona hermano Mahnamara? En quién se puede confiar?

La pregunta sin lugar a duda era muy subjetiva, podía ser que contuviera más de lo que se veía a simple vista.

Y se quedó mirándolo, esperando su respuesta.

- En el Sabbat por supuesto - Respondió el Obispo sin dudarlo, casi quitándole la palabra de la boca al sacerdote, pero con respeto, y por eso es que debes conocer a tus hermanos de secta, aunque no dudo que tengas la valía para hacerle frente a los Camarilla, muchos de ellos son de cuidado... cuidando su estúpida mascarada en mi ciudad Seguía mirando desde lo alto a Barcelona

Puedes quedarte en los refugios comunales... de momento no te asignaré a una manada - Miraba a Mahnamara - eres un elemento interesante, el hijo de una Perfecti no es de pasar desapercibido - Luego miró a Rolanda detenidamente mientras le señalaba el cuerpo con soltura [color=orange]- Se nota que estas bien versado en las artes de tu clan.../color]
Se quedó como por un segundo pensando en otra cosa, luego añadió

Puedes recorrer este distrito y el de Grácia con tranquilidad... están bajo nuestro mando

Roland reflexiono la respuesta del Obispo rápidamente, había sido una respuesta bastante conservadora, poco meditada pero de mucha confianza, daba cabida a la esperanza. Interesante.

-Gracias por su hospitalidad nuevamente Obispo –dijo por ultimo el Tzimisce-, supongo que ambos distritos son zona de caza para las manadas, están asignados de alguna manera? Tendría que presentarme ante los ducti de manada para no acarrear posibles contratiempos en el futuro, cuáles son sus nombres?

Es por costumbre que un territorio Sabbat que esta en guerra las manadas se protejan, luego entonces, faltaba preguntar una cosa más.

-Tienen sus propios códigos? Contraseñas quiza?

Ya tendrás tiempo de hablar con los demás Ductus, ellos te darán claramente esos detalles que tan ansiosamente deseas... te encomiendo que visites sus refugios y te encargues de esos detalles - El Obispo dirigió su mirada hacia el templo y sin dejar de hacerlo añadió - El alba se acerca hermano Roland, voy a dejarles por esta noche - Asintió con un gesto particular a los dos cainitas y sin decir más se dispuso a partir, al parecer, se le requería para algo, el hombre que interrumpió la conversación esperaba sosteniendo la puerta doble principal del templo.

Nota de jugador: Soce, un acote breve: "Ductus" es el singular para jefe, "Ducti", es el plural.

Ya en el ambiente podía olerse la brisa de la mañana, la bestia podía sentir el cercano despertar del dios sol. Ya era hora de ocultarse entre las sombras. Roland asintió a las recomendaciones del Obispo, no era muy inteligente acercarse al territorio de las manadas sin las debidas indicaciones, pero algo se inventaría -pensó-.

Luego acompaño al Lasombra en su retirada hacia el templo con la mirada y terminó por decir a su hermano de clan:

-Hermano Mahnamara, seria posible que me indicara, qué lugares son particularmente peligrosos en estos días de guerra?

Off: Buena Soce... manejando lo que es el vocabulario

Con un gesto Mahnamara invita a ir tras el Obispo, ninguno de ellos gustaría de ver el sol alguna vez en su vida, amarrados a su condición, la humanidad les parece cosa vana e irrelevante. Empiezan a caminar y el Tzimisce se cubre de nuevo el rostro.

- Peligrosos, claro... los distritos de la costa tienen pocos miembros de nuestra secta, es seguro que allí puedas encontrar perros camarilla, eso quizá no sea peligroso, pero siempre es bueno saberlo, pueden llegar a ser molestos, algunos barrios pueden ser algo solitarios y estar bajo control de esos idiotas independientes que no entienden nuestra razón de ser se refería claro a la raza vampírica.

Llegan a la puerta y atrevesiesan el marco, que se cierra de inmediato detras de ustedes, al frente está el altar del sagrado corazón.



Empiezan a caminar hacia la sacristía

Roland los acompañó sin demasiado problema, iba sólo un paso más atras que Mahnamara para poder observar las instalaciones. Al traspasar la puerta, aquel extenso altar del sagrado Corazón hizo que el Tzimisce recordara su ciudad natal, la ciudad de los milagros negros -pensó-, una ciudad llena de secretos y de leyendas, llena de historia vampìrica y demoníaca.

Un frío denso se coló detrás del Tzimisce, y una ráfaga arremolinada atravesó toda la estancia.

- Los independientes son comunes en la ciudad? -preguntó Roland-, se puede hablar de una cantidad específica de cainitas en la ciudad?

En estas noches no es fácil dar un número, los cainitas de antaño se pierden entre la sangre débil abundante y errante de un lado a otro... esa cifra fluctúa noche tras noche... muchos, eso si, muchos son los que recorren a Barcelona, y la independencia esta presente, no se puede dejar de considerar al llegar a Sacristía el acólito deja pasar al Obispo Iliarte y se interpone dejando paso sólo a unas escaleras que descienden, la galería es amplia, hay un corredor hacia la parte trasera del altar, Iliarte se dirige hacia un tipo de oficina y se pierde entre las sombras sin decir una palabra

Por acá - dice Mahnamara invitándo a Roland descender las escaleras y espera a que inicies el descenso

En las afueras del templo no parecía notarse el cambio en el ambiente, las corrientes normales y el frío de la noche parecían mezclarse y disimular los vientos gélidos que perseguían al Tzimisce, pero dentro, aquella diferencia se hacia mucho más marcada. Con cada paso que Roland daba dentro del lugar, un nuevo aire frío salido de la nada los arremolinaba, era una sensación de pesadez y desazón.

Roland asintió a la invitación de Mahnamara y empezó a descender mientras con la mirada recorría el lugar.

- He de imaginar que las tres facciones luchan por el poder, están niveladas las fuerzas? –una pregunta que quiso dejar pasar en un principio, pero que a fin de cuentas, era necesaria.

Bajando las largas escaleras el ambiente se pone pesado y se hace tétrico, al final como una catacumba se encuentra una reja que Mahnamara abre con una llave del estilo más antiguo y tras el paso de Roland, cierra de nuevo, un pasillo largo y oscuro de luces tenues que lleva a algúnas puertas del estilo medieval, claramente el templo del sagrado corazón es un monumento histórico que guarda los turbios secretos de la inquisisción española, cientos de brujas pudieron haber sido apresadas en estas "celdas"... tal vez aún tienen el mismo uso.

Al final hay una curiosa sala donde descansan muebles antiguos y una amplia mesa de madera, de la mejor madera, sumamente gruesa... no hay que hacer una gran inspección para darse cuenta que la sangre del ganado ha recorrido las grietas de la misma, al fondo hay una entrada más que la oscuridad no permite dilucidar

De hecho no hermano, responde a la pregunta el cainita, siguiendo con los números te puedo decir que no se exactamente, pero siento que somos minoría... en número por supuesto.

El Tzimisce se sienta en uno de los cómodos muebles, no sin antes ofrecerle un puesto al recién llegado

El Sabbat en sí nunca ha sido mayoría en numero en las ciudades en guerra, bueno, a menos que sea toda una horda de recién creados para una batalla... aquella situación no pareció incomodar a Roland ni le resulto ajena tampoco. Sólo por un momento se fijo en las instalaciones que los rodeaban, en la entrada al fondo, en la decoración, en la fuerte mesa del centro. Al finalizar el recorrido tomo lugar en uno de los puestos disponibles.

-Parece que el viejo continente es un hueso duro de roer –dijo seguidamente-, hace solo un par de trimestres que estoy viajando en función de mi tarea y he podido observar grandes emplazamientos sabbat, México sin lugar a duda el más grande –La historia sabbat allí era intensa-. Y luego, creo que esta Montreal, sólo por mencionar dos ciudades importantes de las Ameritas.

Luego se acomodó en su sitio, aquel sempiterno aire gélido empezaba a formar una gruesa capa en la estancia y dijo:

-Hace mucho tiempo que estas en esta ciudad Mahnamara?

Ante la ultima pregunta el cainita mira hacia el techo como tratando de traer a su mente recuerdos inmundamente lejanos, en el proceso sus ojos se mueven desorbitadamente y al final vuelven a su sitio, infructuosamente...

Eso no lo recuerdo, verá Hermano, solo recuerdo haber llegado acá por petición de un Priscus - Se reincorporó en su silla - Mis únicos intereses son el estudio de la muerte y sus artes, además del progreso en los ritos y la moral de las filas Sabbat... - dice con soltura - En mi memoria solo caben los recuerdos que abarquen estos ideales - Se detuvo de repente

Cuales son los suyos Roland?... ya nos dijo algo afuera, pero... acá, entre dragones como suelen llamar a nuestra estirpe Observando a Roland, Mahnamara no tenía ninguna duda - Que es lo que buscas tan ansiosamente en estos viajes? -

Llego por petición de un Priscus y se dedica a la erudición –se repitió mentalmente Roland, no parecía tener aspiraciones de poder en la secta o quizá esperaba un buen momento para hacerlo –los cainitas más antiguos pueden esperar incluso siglos para consumar sus mejores planes-. En cualquiera de los casos, Mahnamara daba un aire de desinterés algo particular.

-La bestia –dijo de manera introductoria-.

Roland había visitado varias ciudades, y como todo “recién nacido” quería “ver” el mundo, aumentar su poder, alcanzar nuevos conocimientos, desenmarañar los más antiguos secretos de la historia vampírica… y todo con una mano atada a la espalda. Pero aquella era toda una inocencia. La ilusión que da un infinito mundo de posibilidades mal pensadas. Roland quizá desconocía muchos de los límites que la sociedad cainita tenía, pero esa si era la razón que lo impulsaba. Los límites.

-Espero a través de la búsqueda y desarrollo de la senda poder darle un mayor entendimiento de la condición vampírica a nuestra estirpe Hermano Mahnamara, nuestra guerra es clara. La Gehena –hablaba como un creyente- y la destrucción de los ancianos de los clanes –suspendió un segundo la charla para observar a su interlocutor y su reacción-. Saliendo de su yugo y de su control y usando la bestia como medio de liberación, podremos ganar terreno –dijo sin tono vacilante.

Y dicho en estos términos, ambos vampyr tenían mucho en común.

-Mi investigación también tiene que ver con la muerte, así como la senda de la muerte y el alma busca la exaltación, mi investigación se ve orientada hacia la divinidad.

Y por supuesto este era el medio que tenían todos los cainitas para liberarse de los antiguos… –pensó esperando que su acompañante lo dilucidara por sí mismo.

El Tzimisce parecía interesado, tal vez era cosa de su estirpe pero los dragones en este cuarto estaban muy conectados con su bestia interna...

Has logrado algo de esos entendimiento de nuestra condición? Mahnamara notaba como una bruma invisible cubría toda la sala, como si Roland cambiara las propiedades fisicoquímicas del aire circundante, fuese o no a voluntad, era una cualidad bastante particular, toda la estancia recogía la brisa fría y se inundaba en el sobrenatural efecto.

Una pregunta de largo atrevida –concluyo el Zhupan para sí-, seguro que los había hecho, pero qué le hacía pensar que se las daría así como si nada…

-Sin lugar a dudas, las creencias Sabbat distan mucho de lo que piensan los esclavos de la Torre, abandonar los vestigios de la humanidad y abrazar nuestra naturaleza nos hace superiores –dijo dejando en ello toda su convicción-. Ya de esto tenemos grandes impresiones (todo el clan Tzimisce era prueba de ello). Y desde este punto comprobamos que con cada paso que damos hacia la bestia, nos alejamos de las mentiras en las que se fundamenta el pensamiento de la camarilla y los antiguos.

Era una verdad tan simple que casi podía decirse que aquella perorata de Roland era obvia, pero generalmente las verdades más grandes de la existencia, eran simples y sencillas.

-No muestra esto ya algo de la verdad que se esconde (a la vez tan claramente) detrás de la bestia hermano Mahnamara?

De nuevo el sacerdote hace una mueca de satisfacción que es su rostro deformado se desvanece bajo los otros rasgos extravagantes pero a fin de cuentas espectaculares

Sin decir más, el Tzimisce se levanta de su silla y con un gesto guía a Roland hacia la primera celda más cercana al salón en que se encontraban, - esto es... - abre la puerta - abrazar nuestra naturaleza -.

Al interior de la celda habitaba un cuerpo femenino al parecer, sin rostro, al parecer le fue quitado, sus parpados y boca estan sellados y no logran notarse sus cuentas oculares lo que alguna vez fue una naríz es solo una suerte de protuberancia que resopla como respirando forzosamente, los pabellones auriculares son solo un par de hoyos en una cabeza plana, la desnudez del ser deja ver un cuerpo perfectamente alisado a voluntad, sin grietas o comisuras, cicatrices o marcas, tirado en el suelo como inmóvil.

Un lienzo en blanco, hermoso... listo para ser trabajado - La mirada del Tzimisce alcanza a ser de extasis, un artista imaginando su obra sobre la roca desnuda

Quieres... deja la frase abierta a la respuesta del nuevo dragón, tal vez esto era como una especie de "audición"

Aquella era una invitación que Rolan no podía evitar, algo dentro lo incitaba, no podía evadir la oportunidad… ese era uno de sus valores morales, no había necesidad de reprimirse sin importar el resultado. Aunque podía haber mucho en juego. No sonrió, Roland no era de los que mostraba sus emociones, permanecía impávido casi ante cualquier manifestación de horror o anti-naturalidad. Por supuesto aquella imagen encajaba perfectamente en la segunda.

A las palabras de Mahnamara, Roland contesto con unos claros pasos hacia delante, cerca al cuerpo. Sus manos se acercaron lentamente al lienzo y sólo las yemas alcanzaron a deslizarse a lo largo de su completa extensión, fue un profundo recorrido y se tomó su tiempo, desde la punta recorrió la parte trasera de la pierna hasta la rodilla y luego la entrepierna, el abdomen, el pecho, el cuello… la cabeza. Y Roland pareció disfrutarlo, se detenía por momentos y parecía escuchar más que sentir. Pero era otra la intención de Roland claramente, tenía todos sus sentidos en ello.


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'd10' :

Resultados :

El cuerpo resoplaba con dificultad, una clara evidencia de pulsaciones rápidas fue lo único que pudo descifrar. Se preguntaba si estaba consciente, así que le paso por un momento las uñas para causarle algo de dolor. Esperaba hallar un poco más de información por otros métodos, así que se acercó y lo olfateo, en el pecho como primera medida y la entrepierna.

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Nada parecía estar dando cabida al trabajo del escultor, el cuerpo desvanecido de la presa parecía haber sido manipulado con gran destreza, su olor y apariencia no daban ningún ápice de información. Acompañado a todo aquello, los minutos corrían, pero Roland no se daba por amedrentado. Su siguiente acción tenía que ver con el gusto, lo que podría darle indicios de si habían sido utilizados químicos sobre la criatura.

Entonces paso su lengua sobre la piel de la fémina y lo degustó con gran placer.


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