[2:00] Entre las ratas (Cerrado) [Alcantarillas]

La misión de buscar información para el asedio de la ciudad, fue encomendada a mí. En cuanto la reunión con la Manada fue disuelta, partí inmediatamente a las calles de Barcelona, más específicamente a las alcantarillas. Fue fácil llegar allí, más aún cuando eres cauteloso, silencioso e invisible a los ojos mortales. Una vez dentro, comencé a caminar por los estrechos senderos. A cada paso mi mano se apoyaba en las murallas húmedas y mohosas, algunas ratas salieron a mi encuentro, luego se escabulleron por donde habían venido, de seguro iban a dar aviso de mi visita. Lamente tener que pasar tan poco rato en ese acogedor lugar, pero debía ser rápida y precisa: obtengo la información y me largo, aunque me sentía en casa.

Los líquidos que traían los desechos de la ciudad, hacían eco en el lugar. Yo seguía mi marcha, esperando ser encontrada. Debía confesar, que sólo había visto las alcantarillas en mapas de la ciudad, había memorizado el laberintico lugar, sobre todo las salidas (y entradas). Pero no había puesto un pie en ellas. ¿Por qué? Consejo del Obispo, falta de tiempo y represión propia, porque realmente anhelaba visitar este lugar. A pesar de mi poco conocimiento de donde estaba, conocía otras alcantarillas de Europa, y supongo, que todas se parecen. Por eso mis pies caminaban como si no fuera la primera vez en los resumideros.

El tiempo empezó a pasar, tras unos veinte minutos de estar andando y disfrutando de la zona más superflua del alcantarillado encontraste una sombra al fondo, poco a poco se iba acercando a ti, la figura se iba volviendo poco a poco más nítida tomando formad de un ser de metro cincuenta muy encorvado, poco a poco podias ir viendo las cicatrices de su cara, las pustulas de su cuerpo y como por cada pliege de su putrefacta piel supuraba lo que posiblemente fuese bilis, sangre y demás fluidos corporales. Sus dientes mellados en forma de sierra y sus ojos casi tapados por los bultos que crecian de sus cejas a modo de parpados inmoviles resultaban cuanto menos desconcertantes y la alopecia que padecía hacía que en cada gesto que tuviera fuese perdiendo pelo poco a poco, no podías ver la parte de abajo de sus pies puesto que estaba dentro del agua residual, cubierto hasta las rodillas.

Este ser se acercaba a tí rápidamente mientras gritaba Hombre!! con un tono alegre, acercandose a ti con velocidad y los brazos abiertos, no te dió tiempo a reaccionar cuando tras unos segundos más tarde te encontrabas entre sus brazos, siendo abrazada. Queridísima Rita, por fin nos conocemos. Acompañame. El nosferatu empezó a moverse por sinuosos pasillos que no recordabas que aparecieran en los mapas. Mientras te guiaba, se presentaba.

Me llamo Rabius, soy un nosferatu que lleva en esta ciudad mucho mucho mucho tiempo, de hecho yo mismo construí, con algo de ayuda eso si, la ciudadela, dejame que algún día te la enseñe, hoy por lo pronto hablemos aquí. el curioso individuo había andado contigo durante 5 minutos, accionando en un par de ocasiones algunas palancas que había en el lugar, te acabó llevando hasta una estancia cuyas paredes eran tuberias, en dicha estancia había un par de sofás casi destruidos en su totalidad, pero que harían el apaño para el momento y una pequeña mesa, la estancia no debía tener más de 4 metros cuadrados.

¿Que te trae por aquí a darme esta alegría?

Divisé la sombra a lo lejos y supe que venía a mi encuentro, pero nunca espere uno tan efusivo. En fin, debo confesar que aquel abrazo acogedor me recordó a los que me daba Baruc, aunque los de él, eran mucho más ceremoniales y delicados. Sonreí ante la bienvenida. Lo que no me sorprendió es que conociera mi nombre, las noticias volaban en la superficie, pero en las alcantarillas eran aún más veloces. Camine junto a él con el agua residual hasta las rodillas, se presentó como Rabius. Es allí cuando me sentí la nosferatu más inútil del mundo ¿cómo no supe su nombre? Se supone que los nosferatus lo conocen todo. Pero yo no. Muy mal Rita, muy mal. Reconozco que no me he movido lo suficiente desde mi llegada a Barcelona. ¿Puedo excusarme por mi neonates? ¡No! No hay excusas. Pero, pero, pero ¡puedo solucionarlo! Ahora mismo comienzo a hacerlo.

Al llegar a la sala, me senté en uno de los sillones, miré rápidamente los detalles de las tuberías. Muy acogedor, me imagino lo genial que será la ciudadela. Bien, concéntrate a lo que vienes Rita. Mire a Rabius, mi sonrisa amplia se desvaneció unos momentos, adopte mi expresión seria, aunque costaba bastante, pues estaba demasiado feliz allí –Primeramente, muchas gracias por la bienvenida, Rabius- dije con sinceridad –El motivo de mi visita- ahora iría al grano -es que necesito información sobre los refugios, más importantes de la Camarilla- supuse que el ambiente cambiaría de amigable a tenso.

Rabius suspiró y bajó un poco la cabeza Joven Rita, es encomiable que vayas directamente a los negocios pero antes quiero que sepas como se tratan las cosas aquí en las alcantarillas, para empezar quisiera invitarte a darme tu dirección de E-mail o de telefono para poder contactar contigo en caso de necesidad y por otro lado me gustaría que formases parte de la pequeña red nosferatu que hay en esta ciudad. Rabius esperó al protocolo pertinente de intercambio de direcciones. Con respecto a la información que deseas...veamos que puedo hacer, ¿Que tienes para ofrecerme? dijo mirandote fijamente cuando acabemos esto recuerdame que te explique, si te interesa, como va el mundo subterraneo en esta ciudad. Tengo más afinidad a mi clan que a mi secta, pero no se lo digas a nadie. dijo mientras guiñaba un ojo.

Guardé su número, le di el mío. Al fin tenía a otro nosferatu en mis contactos, ¿qué importaba si fuera de la Camarilla? Es un nosferatu. Escuché sus siguientes palabras, vi como sus ojos se clavaron en los míos al preguntar por lo que le daría a cambio. Tengo que aceptar, que es la primera vez en la que estoy metida en esto por mi sola, las anteriores habían sido en la compañía de Baruch. Recordando tales ocasiones, dije –Te propongo algo: tú me das los que necesito saber sobre la Camarilla, yo te daré lo que necesitas saber sobre el Sabbat.- apoyé mis codos sobre mis rodillas, dejando mis brazos fuera de la capa. Si bien, sabía el riesgo que corría, necesitaba bajo cualquier precio lo que me diría Rabius. Ahora, en estos momentos, era la prioridad pues se necesitaba fundamentalmente para poner en marcha el plan del asedio. Sobre la invitación que vino luego, no pude evitar sonreír ampliamente –Claro que sí, estaría encantada-

Rabius fue rápido y conciso, Si te digo donde está el Sheriff, me dices donde está el obispo.

-Rabius, creo que la información de la ubicación del pez gordo- siempre quise llamarle así al Obispo -vale un poco más que la ubicación de un Sheriff, por más Sheriff que sea.- respondí –Si le agregas dos refugios comunales o lugares de reunión de la Camarilla, estaría más equilibrada la balanza- hice una pausa. Realmente necesitaba algo más, estaba poniendo en peligro mi cuello -¿Qué me dices?- agregué con una sonrisa.

Por supuesto, y como acto de buena fe yo ya te he revelado una posición, concretamente la mia trayendote a mis dominios. Puedo confesarte también que el refugio secreto de un conocido miembro de la camarilla se encuentra enfrente de La Sagrada Familia. dijo añadiendo número del portal, piso y letra. Ahora necesito un acto de buena fe por tu parte, no eres la única que pretende sacar beneficio de esta reunión, sin duda alguna sabiendo donde puedo encontrar al Obispo podré hablar con él en persona, siempre he querido conocerle...debe ser muy carismático para tener a tanta gente a sus pies, quizás sea tan bueno como Melas y quizás le comente mi intención de...en fin, ayudar al Sabbat con sus problemas. dijo algo pensativo y ensimismado, parecía que estaba insinuando que quería unirse a las filas del sabbat, pero parecía que prefería hablarlo personalmente con el Obispo, posiblemente para solicitar algún tipo de protección adicional. Las ratas son las ratas.

Tomé nota de los datos que me entregaba Rabius –Vale, te diré la ubicación del Obispo- hice una pausa –Pero quiero la del Sheriff también, ¿Si?- obviamente la necesitaba –En la Iglesia del Sagrado Corazón, en el Monte Tibidado, allí encuentras al Obispo. Y si quieres hablar con él, es el lugar perfecto, recibe a los recién llegados en ese lugar- mencioné. Realmente me llamaba la atención de lo que quería hablar mi interlocutor, con el Obispo, sus palabras me daban cierto indicio, pero evite preguntar más. –Yo no diría carismático, yo diría… misterioooso y sombriiiio- hubo énfasis en las últimas palabras, acompañadas con un movimiento de manos en frente de mi cara, simulando una capa de sombras en ella. Sonreí divertida.

Rabius quedó pensativo, resultaba curioso que esa información hubiera sido desvelada de forma tan rápida y sin insistir, por otro lado el precio no había sido bajo.

¿Como se que dices la verdad? Rabius solía andarse con pies de plomo antes de cerrar un trato y más si era tan importante como este.

Rabius dudaba, tenía razones para hacerlo. Yo también dudaría en su lugar –Puedes saber que digo la verdad, si vas a ese lugar, y lo compruebas con tus propios ojos- respondí con tranquilidad –Además, no miento, cuando se trata de negocios con otros del clan- agregué, citando las palabras de Baruch.

Rabius pensó durante unos instantes, Dame 10 minutos y miraré si es posible, conozco a un nosferatu que suele rondar esa zona. Tras decir esto se incorporó sacó un movil y empezó a escribir un sms veamos cuanto tarda mi informador en corroborarlo. Pasados unos 10 minutos Rabius se esperaba a impacientar, con lo que mandó otro sms esperando respuesta. Me temo que quizás tarde un poco más de lo previsto, aparte de lo mentado, que te será otorgado cuando corrobore la información, deseas algo más?

Afirmé con la cabeza a sus palabras, claro, era de precavidos ratificar la información. Pasaron diez minutos, yo me entretenía escarbando algo pegado a mi mano. Siempre se me pegan cosas medio vivas. Rabius se veía un poco impaciente, en eso, nuevamente me dirigió la palabra –Mmmmh… si- medité unos momentos fijando mi mirada en él –Una respuesta a mi pregunta- hice una pausa para ponerle suspenso -¿Me puedes dar un refugio en las alcantarillas?- dije finalmente.

Faltaría más! afirmó con contundencia en cada ciudad donde he residido más de 100 años he creado una ciudadela, la de Barcelona es la tercera que hago. Tan solo tienes que seguir a las ratas negras y evitar las ratas blancas que verás dibujadas, ese es el código, una vez encuentres la antesala de las peticiones, que es zona común a todo vastago, podrás indagar por tu cuenta los tuneles hasta dar con la madrigera, lugar designado a todos los nosferatu que quieran residir, no obstante también hay habitaciones en la antesala de las peticiones, aún que esas generalmente son usadas por otros clanes.

-¡Muchas gracias, Rabius!- exclamé emocionada, saltando de mi lugar y lanzándome a abrazar a mi interlocutor -Esto significa mucho para mí- dije sonriendo ampliamente, mientras soltaba a Rabius y volvía a mi lugar. Al fin tendría un refugio en las alcantarillas, y además, conocería a otros nosferatus. Eso sí que sería interesante y divertido. -¿Y? ¿Alguna confirmación de la información?- pregunté, para volver al tema principal.

Rabius se sorprendió ante el abrazo Bueno...creo que puedo fiarme de ti, no en vano eres parte de mi clan no? somos ratas y las ratas trabajan en equipo, no se apuñalan. a lo que añadió la dirección del Sheriff de Barcelona. Podrás encontrarlo en el Edificio Maciá, en la última planta, toda ella le pertenece, es un ático. tras ello añadió un pequeño inciso Rita...procura no visitar al obispo durante estos días, la verdad es que la cosa puede ponerse fea, he escuchado ciertos rumores en la casa Giovanni que aún no me atrevo a confirmar, pero será mejor tener cuidado.



Off: En la sección "Alcantarillas" podrás encontrar una descripción de la ciudadela.

Sonreí. Uno de los de mi clan, confiaba en mí, eso era un logro importante para mi primera noche en las alcantarillas de Barcelona. Tomé nota mental de la ubicación del Sheriff -De nuevo gracias, Rabius- dije. Escuché sus siguientes palabras -Bueno, visitar al Obispo no es una de mis prioridades- dije encogiéndome de hombros -Pero... ¿Por qué? - pregunté curiosa.

Yo me gano la vida traficando información joven Rita, mientras estes en mis dominios ningún camarilla o sabbat o uno de esos que van por su cuenta podrán hacerte nada, pero no me responsabilizo de lo que pueda pasar fuera. Voy a venderle la información al principe antes de que lo hagan los Giovanni, y no querría que ninguno de los nuestros saliera herido, como ya te he dicho por encima de todo respeto al clan. Algo similar a una mafia, los nosferatu podemos tener nuestras peleas internas, pero de cara al publico somos una masa cohesionada y sin fisuras. Por eso cuido de ti y por eso te recomiendo que no vayas a ver al Obispo, confio en que harás lo correcto, si algo tiene nuestro clan es sentido común. dijo con un aire protector, casi paternal.

Vale, claro. Ahora entendía todo. Con esto del emocionante refugio en las alcantarillas, había olvidado el riesgo que corre mi cuello por soltar un poco la lengua. Asentí con la cabeza a las sabias palabras de Rabius -Ajá. Entonces, ni me acerco al Obispo- dije determinadamente. Claro que no lo iba a hacer, no quiero convertirme en cenizas antes de haber conocido a todos los nosferatus de Barcelona. -Para nada- agregué -Pero si vendré más seguido acá. Para mi próxima visita, me mostrarás la Ciudadela y me quedaré por varias noches aquí... ¡Podríamos organizar una búsqueda de objetos con los demás! ¡Eso sería divertido! O... ¡inventar historias en grupo!- y para cuando había dicho las últimas animadas exclamaciones, sin darme cuenta, estaba de pie con los brazos en alto. -Bueno, supongo que ya es hora de irme- dije bajando los brazos -Espero que tengas éxito en tus negocios y que vendas la información del Obispo a un precio alto, muy alto- dije acercándome a Rabius para despedirme con un abrazo.

Si todo sale como espero querida Rita, todos los nosferatu sacaremos una buena tajada. luego te dió un abrazo y cogiendote por los hombros te dijo Mis dominios son tu casa tantos días, meses o años como necesites joven. Aplicable a todos los nosferatu. Y estaría bien organizar una busqueda de objetos...pensaré sobre ello. Luego se despidió de ti mostrandote la alcantarilla más cercana hacía el lugar donde te dirigieras.

Asentí con la cabeza, mostrando mi gratitud con una gran sonrisa. Me dirigí hacía la alcantarilla indicada por Rabius, para salir a la superficie. Mi primera visita al subsuelo y había obtenido mucho más de lo que venía a buscar. No dejo de pensar en que quiero volver, quedarme un buen tiempo para compartir con los de mi Clan. Pero, por ahora, Rita, debes concentrarte en la misión. Recuerda que en asuntos de trabajo, debes ser profesional. Por eso, una cosa a la vez.