[Dia 1][Sagrado Corazón] Invocando el ritual (Baltazar-Hasmed-abierto)

Luego de subir por el camino que llevaba desde los pies del Monte, hasta la Iglesia Sagrado Corazón. Los cainitas se internaron a los limites de aquel lugar, que servia de refugio comunal a todos los miembros del Sabbat. Desde aqui el Obispo entretejia los hilos que decidirian la suerte de la ciudad.

Desde ya algunos meses, las ordenes llegadas desde los altos cargos de la secta, bendicieron el actuar libre de los Sabbat de Barcelona. Era hora de asediar con mas fuerza la ciudad, aprovechando el desorden que mantenia a la misma Camarilla en tensíon, gracias a sus conflictos internos.

Esta noche era distinta. Se llevaria acabo un ritual de importancia, usado desde largos años para zanjar las disputas de los miembros del Sabbat. Esta vez Baltazar, retaria por el puesto de Ductus de manada a Hasmed, en presencia de la joven manada.

Al llegar a la terraza, Hasmed se detuvo contemplando el lugar y sus sombras, esperando que Baltazar buscara al Obispo y planteara su punto de vista. Mientras, los miembros de la manada llegaban uno a uno, sin saber a lo que venian.

Sigo durante todo el camino a Hasmed en silencio, solo tronando de vez en cuando mis dedos, mi mente se encuentra dividida entre la observacion atenta de quien sera pronto mi enemigo, y mis meditaciones sobre lo que pronto sucedera.
Mis ojos siguen con antencion cada movimiento del actual Ductus, sus pasos, sus miradas, debo aprender de el todo lo que se pueda, un guerrero sabio siempre conoce lo mejor que pueda a su enemigo. Por otra parte pienso sobre lo que esta a punto de suceder, el ritual que esta a punto de llevarse a cavo es, para mi, uno de los más valiosos del sabbat, una de las piedras angulares de nuestra secta. Un ritual con el poder de mantener viva y en movimiento una sociedad de seres inmortales e inmutables, sin este tipo de ritos, seriamos iguales a la camarilla, atrapados en tradiciones sin sentido, y subyugados a antiguos sin escrúpulos. No se si la leyenda de la Gehena sea real o no, pero si se que odio a los antiguos, los odio los suficiente como para dar mi vida y mi fuerza a la espada que los acabara.
Hemos llegado, la escalera de piedra que recorrí por primera vez hace solo unas horas esta frente a mi de nuevo, un cainita que sin duda me odia me espera arriba, el resto de la manada ni siquiera me conoce, solo sere el sujeto que llego sediento de poder. listo para quitarle el mando a su lider, que equivocados estan. No me importa el poder, no en ese sentido al menos, no me interesa ser líder de nadie, solo me interesa el bien de la secta, y los lideres debiles son un mal que debe ser erradicado. Jamas me someteré a la voluntad de quien no tiene el poder para merecerlo.
Trueno mis dedos. Empiezo a subir, me pregunto si el resto de la manda abra llegado o aun estara por llegar.

off: La Iglesia del Sagrado Corazon no es la Residencia Comunal jeje simplemente la Residencia del Obispo.

on: El Obispo Iliarte veia como dos de sus hombres subían por las escaleras, no presagiaba nada bueno el que viniesen hasta su casa sin previo aviso.

Cuando llegaron a la terraza el Obispo hablo interrumpiendo sus pasos - ¿A que debo vuestra inesperada visita, Hasmed? - El Obispo denotaba que queria escuchar las palabras del Ductus, esperaba ansioso las palabras que osaban interrumpirlo.

No soy yo quien debe explicarse, sino nuestro hermano Baltazar- dijo esperando que aquél respondiera.

El odio del bastardo encapuchado hacia mi es palpable en el aire, el solo se dirigio al actual Ductus, pues no soy tan estupido de interrumpir, no tengo intencion alguna de pelear con el Obispo, ya habia medido sus fuerzas, no nesesito nada más de el, es otra cosa lo que me trae aqui esta noche.
- Eh venido ante Usted para que se lleve a cabo un ritual. -digo con tono firme - Eh retado al actual Ductus de la manada que me fue asignada al ritual de la monomancia por el titulo de Ductus de la manada - Trueno mis dedos - Esto es porque considero que su fuerza y poder no son suficientes para poder ser un líder apto en tiempos de guerra....

Intentaba arrancar el motor cuando los vio aparecer bajo aquellas horribles luces de las farolas que tanto solían molestarle. La puñetera humedad de aquella ciudad catalana calaba hasta en lo más profundo del mecanismo de su moto. Y entonces, cuando logró calmar aquella fiera que rugía salvaje en cuerpo de metales, sintió la curiosidad y la picaresca de seguirlos para averiguar quiénes eran y a qué habían venido al templo. El comportamiento humano, o no tan humano en este caso, eran cosas repudiadas para Cristina, aún así, no dejaba de resultarle entretenido ver cómo solían destruirse unos a otros lentamente por medio de sus hechos.

Primero entró uno, y poco después el segundo. Seguidamente, ella hizo lo mismo, pero con algo más de sigilo y disimulo. Mantenía a su pequeña oculta entre las prendas, aunque a veces se asomaba por uno de los laterales de la capucha que cubría de sombras aquel rostro que antaño fue realmente hermoso.

Adoptó desde la oscuridad de aquellas escaleras una postura dispuesta a entrar en ataque si hacía falta cuando los observó dirigirse al Obispo. ¿Serían esos sucios Camarilla? Tenía que proteger a su superior, y también calmar un poco aquellos malos humos, aunque, finalmente, pudo relajarse al escuchar que Iliarte se refirió a uno de ellos como Hasmed, el Ductus de su nueva manada.

Las cosas habían cambiado de perspectiva; sin embargo, decidió seguir oculta entre las sombras con su Ofuscación, por si las moscas.

Off: Cristina haz tirada de Destreza+Sigilo.

Para los que no sepais que es la Monomacia o sus reglas, aqui lo teneis:
https://barcelona-nocturno.superforo.net/ambientacion-f6/el-sabbat-t3.htm

Es un evento abierto asi que todos los Sabbat estais invitados, ahora el Obispo dara un avisto a todos pero narrad simplemente como llegais y si hablais que sea lo justo, dejemos el protagonismo a Hasmed y Baltazar.

On: - Karash deberia encargarse de esto, pero dado que habeis decidido por propia voluntad venir hasta aqui y dadas las circunstancias de que Baltazar aún no es un miembro pleno de la manada de Hasmed yo actuare de arbitro. - Al contrario de como sonaba en la mente de Baltazar para el resto el Obispo sonaba tan imparcial que parecia darle exactamente lo mismo aquel rito que seguramente él ya hubiese practicado alguna vez.

Corrian las 4 de la madrugada y el Sol no tardaria ni dos horas en salir, asi que debian darse prisa - Como retador Baltazar no tiene ningún derecho, pero tu Hasmed puedes elegir las condiciones del combate, asi como si usareis disciplinas, armas y tipo de estas y demás memeces... eso claro si decides aceptar el combate ya que no estas obligado a tal efecto. - Iliarte escudriñaba las opciones para que Hasmed lo tuviese claro. - A su vez avisaremos a los demás miembros del Sabbat para que presencien esta escena y sepan que sólo los fuertes tienen cabida en nuestras filas. ¿Estais ambos de acuerdo? - El Obispo esperaba una afirmacion a su ultima pregunta y la respuesta de Hasmed, donde se decidiria si se llevaba a cabo el rito o no.

Acepto el desafio de mi hermano Baltazar- dijo Hasmed sin dudarlo- y cuando yo de las condiciones el combate dara comienzo.

¿pero que seria lo justo? ¿pelear a muerte definitiva o hasta letargo? ¿con pleno uso de sus poderes sobrenaturales o no? ¿como se decidia quien era mas apto para llevar los preceptos del Sabbat? Hasmed meditó por largos minutos estas cuestiones, que para el eran relevantes.
Se arrodillo en la fria piedra de la terraza, entregandose a sus pensamientos. La voz de Francisco aclaraba la mente del Lasombra, llevandolo hasta las fuentes mismas del Sabbat. Sin darse cuenta, se quitó la chaqueta de cuero y la arrojo lejos. Luego rasgó la blanca camisa que llevaba, quedandose de rodillas con el torzo desnudo. Era delgado, pero fibroso, con una piel palida sin ningun vello.
Se sumergio mas y mas en su interior, buscando lo unico importante para él, entregandose al extasis del momento. La bestia se alimentaba y rugia con la silenciosa voz de Hasmed, invitandolo a entregarse por completo.

Luego de largos minutos, Hasmed se alzó con la respuesta. Miró a Baltazar y luego al obispo y habló- el combate será a muerte definitiva, sin restricciones en el uso de nuestros poderes. Solo se usaran armas de filo. Yo usaré mi cuchillo- dijo mostrandolo- quien gane, beberá con honor la sangre y espiritu de su hermano honrandolo de esta manera- dijo mirando con honor a su hermano- que asi sea.

- Acepto
Es lo unico que digo, como repsuesta a la pregunta del Obispo, despues de eso permanesco en silencio absoluto durante las meditaciones de Hasmed, segun las tradiciones de la secta, era el quien tenia la decicion de las condiciones del combate, yo tengo otras cosas en la que pensar. Mi mente se concentra en el combate que se aproxima, todo debe quedar fuera, nada salvo ese conbate debe ocupar mi cabeza, un verdadero guerrero se concentra antes de convatir, yo tengo esa ventaja sobre quien seria mi oponente, el tiene deciciones que tomar, yo solo concentrar mi espiritu en lo que esta por venir.
Sus palabras llegan a mi oidos interrumpiedo mis meditaciones, pero no sacandome de mi estado de concentracion, el conbate seria a muerte, como debe ser en el Sabbat, y la diablerie la forma de honrrar al perdedor. Hasmed era un verdadero Sabbat despues de todo, yo mismo habria elegido las mismas condiciones, salvo quizas por las armas. Todo esta listo, teniamos un arbitro y los contendientes listo, solo falta el publico para comenzar.

- Asi sera entonces, la Monomacia se llevará hasta la muerte definitiva con diablerie para el vencedor, sólo se podrán usar armas de filo que serán presentadas ante el arbitro antes de empezar el combate y no habrá restricción en el uso de disciplinas. Hasmed usara su cuchillo, Baltazar tiene la posibilidad de presentar su arma hasta que empiece el combate. La lucha se llevara a cabo en esta terraza y nadie puede abandonarla hasta que el combate acabe con la muerte de uno de ustedes. - El Obispo paro un segundo despues de haber explicado las reglas, parecia entusiasmado con este combate ya que hacia tiempo que no veia uno igual.

- Ahora avisare al resto de los miembros del Sabbat de Barcelona, el ritual comenzará dentro de una hora a las 5 de la madrugada y si no ha terminado cuando caiga el sol ambos sereis cadaveres. - El Obispo se alejo de la terraza y entro por la puerta que habia en el fondo. Al cabo de un minuto volvio y termino concluyendo antes de volver para observar Barcelona en el extremo de la terraza - Ahora esperen. -


Off: Esperaremos hasta las 0.00 de esta noche, abrire un hilo de combate a esa hora para que comience la batalla.

Baltazar si vas a usar algun arma presentasela al Obispo, y ambos si quereis podeis escribir un post de transito de que haceis esta hora hasta que empiece el combate.

La reunión de los Titiriteros acababa de finalizar cuando sonó el teléfono de Ikaro. Su entrecejo se frunció en un gesto de extrañeza al ver el autor del mensaje pero su frunció aún más al ver el contenido.
- Monomacia en tiempos de guerra...- su labio se torció en gesto de desprecio.
Acto seguido se puso su chaqueta, ajustó su corbata y se dirigió andando a la Iglesia del Sagrado corazón.
Cuando llegó al balcón se encontró con Hasmed, sin camiseta y con un cuchillo en la mano, a Illiarte con su habitual túnica y un tercer sujeto desconocido para él.
"Este debe ser el perro rabioso" pensó mientras evaluaba al retador.
El Lasombra se limitó a saludar a Illiarte con una leve inclinación de cabeza. Apartandose de la escena se situó en uno de los lados del balcón, cernao a las sombras.

Una hora más de espera, eso nos daba solo una hora para terminar el combate... Mejor para mi, ya comienzo a sentirme sediendo y no puedo alargar esto demaciado, debo acabar con el rapido.
El obispo pregunta po mi armas, sonrio, y presento ante el las garras de la bestia que aun poseo desde nuestro combate a mi llegada.
- Son todas la armas que nesesito -digo con voz rabiosa, el animal dentro de mi, la bestia predadora comienza a tomar el control, el combate se hacerca.
Un tercer sujeto aparece ante nosotros, saludando al perro del Obispo con cierta familiaridad, debe ser algún otro Ductus, seguramete otro señor de las sombras, una fria furia ruge tdentro de mi, en el Sabbat, el poder debería ser para los aptos y poderosos, y no para los de una misma estirpe, esos asquerosos Lasombra siempre han acaparado el control de la seca para si...esta noche dejarte en claro que pertenecer a ese clan no te da el poder suficiente para ser lider...
Solo queda esperar.

Spoiler:

Monomacia... Había oído hablar de ella, y aunque era la primera vez que estaría presente en un combate de aquel estilo sabía bien a qué se enfrentaba el retador. Se mantenía contra la pared, observándolo todo desde uno de los últimos peldaños que daban paso a la terraza, y estaba ansiosa por ver cómo se destruían el uno al otro, muy ansiosa.

El miembro 'Cristina Maier' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' :

Resultados :

Marion recibió la llamada mientras salía del salón del refugio. La reunión acababa de terminar.Vio que Ikaro también salía, seguramente se dirigía al mismo lugar que ella

Cuando llegó al Sagrado Corazón, tras Ikaro, se encontró a los dos contendientes y al Obispo, ante el que realizó una leve inclinación de cabeza.Sin mediar palabra se situó al lado de Ikaro

Definitivamente esta ciudad era lo que esperaba el Gangrel, solo un día y estaba a punto de presenciar un segundo ritual Sabbat, esta vez se dirigió presuroso.

Al llegar a la terraza se ubicó cerca de sus hermanos Ikaro y Marion, sin dejar de lado al Obispo Iliate a quien saludó gesticulando una reverencia mientras caminaba.

Posó su mirada en los ritualistas, no pudo identificarlos, por el momento este era su primer día en la ciudad, pero por ningún motivo podía ausentarse al evento, su respeto sería para quien saliera victorioso.

Off:

Cristina - Estas oculta en las escaleras y si nadie hace una tirada de Percepcion+Alerta, que nadie tendria porque hacerla alli, no te veran. (ni con auspex).

Baltazar - Tus garras desaparecieron cuando se acabo el combate, yo mismo lo narre, perdona si no te diste cuenta. De todas formas cada vez que se termina una escena se da por sentado que las garras desaparecen, al igual que Protean 1 o Auspex 1. No puedes estar eternamente con las garras y ademas pasearte por la ciudad como si tal cosa. Asi que si has sacado las garras ahora dimelo y te resto 1 p.s. o modifica tu mensaje para dar por sentado que no neceistas armas pero sin tener las garras sacadas. Te lo aviso tambien porque antes de empezar el combate el Obispo te pedira que guardes las garras y va a ser un gasto de sangre innecesario.

Al resto: Bien narrado.

On: Al momento Manhamara y Salima llegaron a la terraza, habia mucha gente allí en ese momento Manhamara dijo - Buenas noches a todos, veo muchas caras nuevas por aqui. - se fijaba bien en todos los rostros. Salima simplemente se dirigio al Obispo y se arrodillo, susurro algo que el resto no pudisteis oir, salvo Manhamara, ante lo que dijo el Obispo se dio la vuelta y le acaricio la cabeza con la palma de su mano el Obispo la hizo un gesto con la mano para que se levantara y volvio a girarse para contemplar la Luna y a Barcelona bañada por ella.

OFF: siento el retraso >___< Si llegué muy tarde, sólo eliminad el post.

Había salido de nuevo del refugio comunal. Necesitaba apreciar de nuevo la noche de Barcelona, y el rugido de mi moto me acompañaba a todas partes por la inmensa ciudad. Me encuentro decidiendo la dirección que tomar, cuando recibo una llamada del Sacerdote Manhámara. Al parecer, se va a realizar un ritual en la Iglesia del Sagrado Corazón.

Aprieto el acelerador de mi moto y me dirigo hacia allí de nuevo. Ya conozco el camino de memoria, lo suficiente para saber que me costará un buen rato llegar. Acelero más aún, con la intención de darme la mayor prisa posible, hasta que llego a la escalinata de la Iglesia. Aparco la moto, y miro el cielo, que ya empieza a perder la negrura total de la noche. Quedan pocas horas para el amanecer, espero que ésto no se alargue mucho...

Comienzo a subir los escalones, y veo de lejos un pequeño grupo de gente. Consigo distinguir a Hasmed y al obispo, y también al Sacerdote Manhámara. El resto son caras desconocidas, de demás miembros del Sabbat que aún no he podido conocer. Me doy cuenta al instante de que he llegado tarde. Supo rápidamente los escalones que me quedan y dirigo una inclinación de cabeza hacia el Obispo, a modo de disculpa, al tiempo que me uno a mis hermanos.

Luego de escuchar las palabras del Obispo, Hasmed volvio a arrodillarse . Mantenia su cabeza agachada con su largo cabello cubriendole su cara. Puso su arma frente a él entregandose al ritual, quedandose completamente quieto.
No habian emociones dentro de él, solo una entrega total a lo que estaba por ocurrir. Aunque su postura no decia nada, estaba concentrando sus fuerzas y deseos en una sola palabra, una palabra que esperaba escuchar de voz del propio Francisco. Y asi, espero, hasta oir el llamado.

FDJ: He intentado postear cinco veces. La primera me obligaron a salir. La segunda, se apagó el computador. La tercera, tuve que dejar el computador encendido, mientras esperaba a que me dejaran solo, y la cuarta... Se apagó otra vez. Después se volvió a apagar, y todavía ni lograba abrir la ventana de Google Chrome.
Si pasa algo de eso otra vez en mi vida, juro por Caín que voy a matar al Obispo sin razón alguna.
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Salí de mi habitación de la cripta, después de un despertar sobresaltado. El aviso de un ritual en la Iglesia del Sagrado Corazón llegó a ese aparato infernal que había dejado en silenciador. El teléfono celular vibró dentro de mi bolsillo diciéndome que la Monomacia se acercaba.
Partí a pie, con la desconfianza de siempre ante el hecho de ir solo. Las voces de siempre me amenazaban con mi muerte inminente, a pesar de que no hubiese nada más que sombras con ojos brillantes. Pura falsedad, cosas de mis pesadillas que se exteriorizan, aunque no puedo evitar estar algo asustado de mí mismo.

Llegué, a pie. Nunca he usado un vehículo ni tampoco lo haré. Quizá tenga alguien que lo haga por mí, sin embargo.
Subí las escaleras, un poco rápido, apurado. Estaba llegando tarde, pues veía varias efigies ahí, arriba en la terraza. Cuando pongo el pie en la terraza, hago una silenciosa reverencia al Obispo, y saludo al resto de los presentes con la educación merecida a compañeros de Secta. Distingo entre tanta gente y mis ilusiones al Ductus Hasmed, sin su chaqueta y camiseta, arrodillado, y al tipo que, hasta donde yo se, es... Alguien.
Espero no haberme perdido nada.

Luego me apoyo en la baranda de la terraza, quedándome parado ahí, quieto.

Liam sube las escalera con tranquilidad, jamas en su no-vida a presenciado una monomacia, aunque sabe perfectamente lo que es, otro de esos estupidos rituales sectistas basados solo en la violencia y el poder. Otra de la cosas que le repugnan te esta secta. Poniéndose una mascara de tranquilidad y ansiedad, llega al lugar donde otros de sus compañeros ya se encuentras reunidos, no es difícil deducir quienes seran los luchadores, aquellos que se encuentran "meditando".
- Que ridiculez, meditar para un combare, como si sus espíritus pudieses alimentarse de la violencia sin sentido ni estética...
Da un saludo al Obispo con una profunda reverencia y luego al resto de los presentes, permanece en silencio esperando el momento del derramamiento de sangre.

- Muchos hermanos se han reunido para contemplar el ritual. - Dijo el Obispo - Es hora de comenzar, mantened vuestras disciplinas neutrales y preparad vuestras armas. Recordad las normas y que gane el que lo merezca. Y a vosotros - dijo observando al publico - recordaros que no podeis intervenir. - El Obispo se mantuvo en silencio unos segunos y concluyó dicendo - ¡comenzad!. -

El combate ah terminado, la densa sombra que les impidió ver durante toda la batalla desciende hasta desaparecen sobre la superficie del piso, solo uno de los dos cainitas que estaba dentro esta de pie.
Baltazar, el Pander, se mantiene erguido, en su mirada se puede ver la sed de sangre, su cuerpo no ah salido ileso, un profundo corte muestra que la pelea no se le dio fácil.
En el piso, el cuerpo del que fue el Ductus de la manada yace inmóvil, aun con vida pero sin fuerzas para actuar.

La bestia clama por su premio. La batalla al fin a terminado, vi el fin varias veces durante la batalla, pero al final he triunfado.
Clavando mis rodillas en el piso, no retiro la mirada de mi oponente caido. Su sangre se derrama y me llama, ah llegado la hora de realizar el rito final, he ganado la apuesta, es hora de reclamar mi trofeo.
Con ambas manos sujeto la cabeza interte de mi enemigo, acercandola a mi. Poso el cuerpo de Hasmed sobre mis rodillas, y alzo mi mirada al cielo.
- ¡Un paso más cerca del cain¡ -grito al cielo antes de clavar mis colmillos en el cuello de mi oponente, bebiendo toda su sangre, buscando beber también su alma...