[Dia 1][Sagrado Corazón] Invocando el ritual (Baltazar-Hasmed-abierto)

La sangre de hasmed sabe dulce, más dulce de la que ningun mortal sabria, sientes su poder fluir hacia ti, pero no solo su poder, su alma, sus recuerdos, sus vivencias, todo Hasmed pasa hacia ti, es una sensacion embriagadora, el poder de controlar y destruir un alma, pocas cosas en la vida de un cainita son más placenteras.

OFF: tira FV total dificultad 9 para ver el resultado de la diablerie

fuerza de voluntad

El miembro 'Baltazar' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' :

Resultados :

El nerviosismo y la frustración de Ikaro había sido claramente palpable para aquel que se hubiese fijado en el Lasombra. Su ceño fruncido, sus manos extendiendose y apretandose continuamente, hubo un momento que incluso caminó de un lado a otro como un depredador enjaulado. Finalmente, cuando la oscuridad creada por Hasmed se disipo y vió a Baltazar cometer Diableri sobre su propio hermano, la rabia estalló sin control. Se dirigió al centro, donde se había desarrolado el combate y se giró encarando a todos los presentes.
- Actuais como una manada de perros ¡¡Rabiosos!!- gritó esta última palabra dirigiendo una mirada desafiante a todos los presentes en el Ritual-. Y eso, caballeros, no va a ser suficiente. No si esperáis derrotar a la Camarilla en su territorio. No si esperáis sobrevivir a la guerra...
Finalmente dirigió una mirada penetrante a Illiarte mientras negaba con la cabeza, demostrando su disconformidad con el asunto allí tratado. Acto seguido se giró y abandonó el lugar.

No pude reaccionar de otra manera que gritando, despegándome de mi punto de apoyo muy sobresaltado.

- ¿¡WHAT THE FUCK!? (Ya saben qué significa, para qué traducirlo)

Quizá Hasmed no estaba tan destinado a ser nuestro Ductus, y de hecho tampoco lo veía en un futuro, pero nunca me esperé que el desconocido fuese el vencedor. Por lo menos ha demostrado más fuerza de la que cualquiera hubiese esperado. ¿Pero era necesario diablerizarlo? Agh, en fin...
El asunto me altera, más aún con el otro cainita ahí exclamando con euforia y rabia. Yo simplemente trato de tranquilizarme. Prefiero quedarme ahí hasta que el Obispo haya hablado. El tipo aquél sería el nuevo Ductus de la manada a la que pertenezco, al fin y al cabo...

Vuelvo a apoyarme en el mismo lugar, mirando hacia abajo, pensando en las variables, si esto ayudaría de alguna manera...

Apareció de entre las sombras el cuerpo femenino cuando los pasos de Ikaro le condujeron enervado ante el Obispo, quiso interponerse entre ellos, defender a su señor de cualquier ofensa. Pero únicamente llego a situarse a la vera de Iliarte, mostrando bajo los labios entreabiertos unas afiladas fauces que se mantenían siempre a la defensiva. El rostro, bellamente macabro, se encontraba cubierto de heridas abiertas que adornaban unos ojos aquamarina, casi lechosos cual serpiente.

Cuando el Lasombra se marchó indignado, dirigió su mirada hacia la deliciosa escena que se presentaba ante sus ojos. Baltazar diabolizaba a su compañero de manada como si de un simple humano más se tratase. Acababa de llegar y ya había tenido el gusto de presenciar uno de los rituales del Sabbat que tanto le gustaban, lamentablemente, hubiera preferido poder vislumbrar todo el combate ante sus ojos.

El obispo apenas se inmuta a ver el resultado del ritual, igualmente, su mirada se mantiene fría ante el exabrupto de Ikaro, luego de que este se hubo retirado, recién alzo la voz.
- Recordad todos los presentes, que lo que acaban de ver no es una pelea callejera, no fue un simple enfrentamiento. Esto ah sido un ritual... -luego de terminar esa frase, el obispo dirigió su mirada al cainita que estaba de rodillas frente a el, con el cuerpo muerto y vacío de quien hace poco fue su ductus - Un nuevo ductus ah nacido -dice sin un rastro de emoción o rabia en su voz

El Gangrel no habló una sola palabra, solo se dedicó a presenciar el combate... Al final no conocía a ninguno, pero ver ganar al recién llegado le engendró una poca de respeto hacía él, solo muy poco, porque el vínculo con su manada era más fuerte. Mientras su Ductus caminaba dejando el lugar el Gangrel hizo una reverencia a los presentes y cuando estuvieron a la misma altura, caminaron juntos abandonando el sagrado corazón.

Tras terminar de beber de mi enemigo, me detengo, cierro los ojos e intento conservar el placer que me causa el amaranto el mayor tiempo posible, lamentablemente, despues de unos segundo, la sensación se me va, el poder de mi sangre es ahora mayor.
Me levanto, y dejo el cuerpo vació de Hasmed a un lado, luego miro al resto de mis hermanos.
- Ahora debo descansar, mañana, al anochecer, invocare un Esbat con toda la manada, la voulderie debe hacerse y hay cosas que discutir.
Sin decir nada más, me alejo tambaleante del lugar, estoy herido y aturdido aun por la sensación de poder, es mejor que descanse lo poco que falta para el amanecer

Cristina entornó los párpados clavando sus pupilas en las de Baltazar. No había sido un bonito enfrentamiento a su parecer, ¿dónde quedaban la sangre y la tortura siendo tan majestuosas como eran en un ritual? Quizás le desagradaba el "modus operandi" del nuevo Ductus, o puede que lo que realmente le ocurriese era que no se fiaba ni un jodido pelo del Pander. Acababa de llegar y ya estaba cargándose a gente, a un miembro de lo que supuestamente era su propia manada.

Se inclinó entonces sutilmente hacia el oído del Obispo, con suma delicadeza, como si de una figura sagrada se tratase.

-Excelencia, me gustaría hablar con vos en privado en cuanto os fuera posible- le pidió susurrante.

Escucho sin moverme sus susurro, y luego me alejo lentamente para clavar mis ojos de regreso en sus perturbadora mirada. Algo en esos ojos lechosos me sugería peligro. Me gusta el peligro. Trueno mis dedos.
- Mañana, después del Esbat - digo sin rodeo alguno, luego me alejo a descansar.

La niebla se disipa... y aparece el cuerpo de Hasmed, tendido en el suelo. Así que aquel vástago desconocido ha ganado. Abro los ojos, sorprendida. Hasmed era fuerte. Nunca dije que me gustara, pero era un buen líder. Y parte de mi família.

Oigo una exclamación a mi lado. No necesito girarme para saber que es Damian. No he entendido una mierda de lo que ha dicho, pero también está sorprendido. Aún no creo que aquel que ha sido nuestro líder y nos ha guiado éstos meses haya caído. Niego con la cabeza, y escucho sin decir palabra hasta que todos terminan de hablar. El vencedor, nuestro nuevo líder, nos convoca para rehacer el ritual de la Vaulderi mañana al anochecer. Asiento y me alejo, en dirección a mi moto. No hay nada más que decir. Queda poco para el amanecer, y el tiempo nos urge. Espero a que Damian baje. Sé que él suele usar transporte, pero no quiero perder a otro hermano ésta noche.

-Te llevo al refugio -le digo en cuando baja, tendiéndole un casco.

Luego de que el Obispo habló, me dirigí hacia abajo, en silencio. Primero pensé en volver al refugio, pero luego llegué a pensar en que necesitaba algo más antes de encerrarme. Al bajar las escaleras, escucho a Elva ofrecerme un aventón, cediéndome el casco. No confío mucho en las máquinas aquellas, pero bueno, llegaríamos más rápido de esa manera.

Tomo el casco y me lo encajo en el cráneo. Nunca he usado uno de estos, espero me lo haya puesto bien.
Me siento en la moto, esperando a que ella arranque el motor. Supongo que me toca ir detrás...

OFF: Dami, no lo pillo... está a puntito de amanecer D:

FDJ: EDIT: Ya está arreglado, espero no haya problema D:

OFF: No. Según éste evento (uno de los primeros posts) quedan unas horas para el amanecer. Será mejor que cambies el otro evento (el de la mascota, supongo) y lo pongas antes)