[dia 9][El cuervo digital - 00:00] Compañeros de negocios. (Abierto)

Dos guardias bien pagados le abrian paso entre el tumulto, haciendo lo que fuese necesario. Golpes, patadas, y amenazas eran lo usual para mantener a raya a la enorme masa humana al interior del local. Nadie se acerco a mas de dos metros de el, vistiendo esta noche un impecable terno color grafito, acompañado de una camisa negra y una corbata de seda. Ni siquiera miraba a las personas alrededor suyo. solo caminaba con altivez, como un principe entre la chusma.

"Aqui. Y deja esto afuera". Dijo secamente a uno de los guardias, estrechandole la mano con un rollo de billetes debajo. Subio las escaleras a uno de los reservados, pidiendo una mesa. Abajo, la inmensa masa humana seguia moviendose al compas de la musica. Latian al ritmo de esta, en un indescriptible desfile multicolor. Como un caleidoscopio, hay belleza en el caos. Y muchas oportunidades tambien.

"A rio revuelto, ganancia de pescadores" musito, con un cigarrillo entre los dedos. Ahora solo quedaba sentarse a esperar...y cruzar los dedos, por que su poco sutil mensaje llegara a los correctos.
Abajo, junto a los guardias que cuidaban aquel privado, un trozo de papel se encontraba junto a la escalera.

"C o S, interesados en charlar".
Junto a esta curiosa nota, estaba una tarjeta de presentacion. "Kenneth A. Durnsin, inversionista." La tarjeta blanca tenia un curioso sello, una G timbrada con cera.

Off: Abierto. el que desee puede venir a charlar.

Off-Rol: ¿ Me puedo Unir ?

Off: Cualquiera esta invitado. Es para conocer mas gente de la ciudad.

OffRol: Creo que no podre participar hasta el dia 10 o mas tarde. estoy en otra cronica y resulta que estoy pegado a 3 tipos y no puede ir al cuervo digital hasta safarme T-T espero que me esperes para conocer a mas de Barcelona.

off: no hay problema. Ya hablaremos Wink

La entrada de aquel tipo en el local no pudo por menos que llamar mi atención.

Pocas cosas lo hacían, pero mira, aquel tipo lo consiguió, y no por nada digno de admiración, más bien por su actitud y la de sus "guardaespaldas", entrar al Cuervo empujando a los clientes para que hicieran pasillo no era un comportamiento del que hiciera gala nadie en Barcelona, ni Príncipe ni Obispo, mucho menos creí que tuviera derecho aquel otro que se dignaba a entrar en el local como si fuera poco menos que un puticlub de su propiedad. Sin respeto ni modales no esperes recibir un buen trato, has venido a hacerte notar al sitio equivocado, querido amigo. Pensé con media sonrisa.

No acababa de entender ciertas actitudes, qué ganas tenían algunos de buscarse problemas. Mis ojos se fijaron en la nota que tuvo a bien dejar al pie de las escaleras, se me escapó una risita divertida entre los dientes, este tipo sin duda no tenía puta idea de dónde se encontraba, debía creerse que podía hacerse el dueño de un sitio solo con poner su culo dentro, pero imaginé que no sabía que el Cuervo ya tenía dueño, y también normas bastante estrictas al respecto del comportamiento de todo aquel que entrase allí.

Suspiré, no quería perderme la fiesta, y seguro que iba a perder fiesta, eché un vistazo alrededor y pensé en cuánto tiempo pasaría hasta que le hicieran tragarse al tal Kenneth su curioso cartelito de anuncio y no precisamente por la boca.

Aquel suelo no formaba parte de mi jurisdicción, no tenía ningún poder allí, ni pretendía tenerlo, no quería meterme donde no me llamaban, pero creí que era mejor advertir antes de que el buen hombre se metiera en más líos de los que sus matones pudieran solventar. Dejé mi copa sobre la barra y me acerqué al pie de las escaleras, posé mi vista en el papel con la "G" y lo señalé.

- Buenas noches, caballeros - Dije con una sonrisa ladeando la cabeza a un lado- Estoy interesada en charlar ¿Puedo?

- Deberá esperar unos instantes, la dirección desea hablar con el recién llegado. - respondió, el guarda de seguridad, que acababa de quitar el cartelito y tras hacerle un retorcido gurruño, lo tiró al suelo.

Y allí estaba, mientras Kenneth se acomodaba. Una auténtica belleza de ojos verdes y larga melena oscura. Unos pantalones ajustadísimos, terminaban entremetidos por unas botas militares. Una camiseta negra, y tan ajustada como el resto, lucía el logotipo plateado de El Cuervo sobre los senos. Lo miraba con una sonrisa burlona, apoyada en la barandilla que daba al gentío de abajo.

- ¿Se lo está pasando bien el señor?

Off: Los offroles por mp. Y hasta que Tun no termine de hablar con Kenneth, no se permitirá subir a nadie.

Miré el reloj.

Tres minutos y medio, record. Sin duda la dirección del Cuervo era de una eficacia intachable.

Asentí al segurata y di un paso atrás una vez que él había hecho una bola con el cartel y lo había tirado.

- Por supuesto, volveré luego, aunque tal vez para entonces el buen señor ya no quiera charlar... En fin. - Me encogí de hombros componiendo una expresión de "Qué pena" que no expresaba en verdad disgusto alguno, y luego me giré para perderme entre la multitud de vuelta a mi lugar en la barra donde aún me esperaba la copa que había dejado sin tocar.

Sonrio, deleitado ante la visita. Era una forma muy poco elegante de llamar la atencion, pero para el, en estos momentos cualquier atencion era buena y necesaria. Se pone de pie lentamente, con el cigarrillo en la boca, y cortesmente se dirige a una de las sillas, ofreciendosela a la mujer.

" 'Mia bella ragazza'..." dijo, recordando una vieja y cliche frase en italiano. " Tan impresionante visita no era lo que me esperaba ante tan grotesca forma de llamar la atencion. Porfavor, hablemos". Se acomodo en la silla, dando una larga calada a su cigarrillo. Observo el caos, ese caleidoscopio humano que bailaba y latia al ritmo de la musica un momento... y luego fijo la mirada en la mujer, con una sonrisa. "Mi nombre es Kenneth Durnsin. Acabo de llegar a esta ciudad, y..." una bocanada de humo le interrumpe un momento, formando caprichosas formas ondulantes alrededor de su rostro "...mi humilde intencion, era presentarme ante la 'sociedad', si me explico. Pero porfavor...donde estan mis modales. Hablando de mi, sin saber de ti."

Sonrie ampliamente, para ser tan engreido, es un hombre carismatico. Extiende una mano, esperando la de la mujer, para saludarla con la cortesia debida. "Cual es vuestro nombre, y a que debo el placer de vuestra visita? Supondre...que sois la dueña de tan encantador local. Si es asi, creo que inmediatamente os debo una disculpa, por tan grosera forma de llamar la atencion. pero ya sabeis como es esto...Tampoco puedo ir persona por persona preguntando por la estirpe.". Junta las panos abiertas, en un gesto de ruego. Sonrie ligeramente, mientras el cigarrillo se consume en el cenicero.

No se movió ni un ápice, seguía recostada tranquilamente sobre la barandilla, observando el cambio de comportamiento de aquel hombre. Alzó una mano, y frunció levemente el ceño, entrecerrando los ojos.

- ¡Dios! Desde luego tienes una lengua dulce, pero yo que tú, en casa ajena aprendía a tener unos modales tan exquisitos como los que ahora luces. Si desea servicios especiales, tendrá que pagarlos. Aquí nada es gratis, señor Durnsirn

Rio suavemente, dando una calada a su cigarrillo. al verla sobre la barandilla, decidio ponerse de pie, acomodandose la corbata de seda. Afilo la mirada en la mujer, exhalando una bocanada de humo, mientras se deleitaba en cada uno de los exquisitos detalles de su cuerpo.

"Y que es gratis en este mundo, 'bella ragazza'?" Cerro los ojos, dando una larga calada al aromatico cigarrillo.los labios fruncidos, antes de volver a llevarselo a los labios. "Nada. Nada es gratis. Y es justamente a lo que venia, a hacer negocios." Bajó la mirada un momento, mirando el cigarrillo con " Os prometo que, ya viendo que la estirpe se ha dado cuenta de mi llegada...tal entrada no volvera a repetirse. No sin vuestro consentimiento, porsupuesto...y como decis, pagando el precio indicado." Sonrie, filoso. " Solo deseo algo de informacion, sencillamente presentarme ante la sociedad. Es eso un 'servicio especial'?"

"Cual seria el precio de tal servicio? Solo deseo sentarme a charlar, con los contactos indicados. No es bueno pasearse por la ciudad sin presentarse ante los miembros mas...notables de la sociedad.". Se apoya en la baranda, mirandole fijamente...con la sonrisa de un tiburon.

Aquella mujer que Kenneth tenía ante él era una excelente representante de lo mejor del género femenino. No tenía nada que envidiar a las mujeres más deseadas del planeta. El rostro, más que agraciado con unos impresionantes ojos de un color verde vivo, junto a cada curva más que perfectamente puesta para levantar las más bajas pasiones.

- ¡Vaya! Así que es usted un Vástago - respondió, con una mirada que acababa de desvelar a la Bestia salvaje que en verdad era - Bien, señor Durnsin - dijo, extendiendo la mano - Yo soy Tunguska la propietaria del local.

Fue un apretón firme y breve, al poco estuvo señalándole uno de los cómodos sofás de cuero. Negocios e información. Dos palabras clave.

- Acomódese, señor Durnsin, y hableme de usted... de sus negocios.

"Podríamos partir por dejar las cuentas en claro" Dijo apagando el cigarrillo con una sonrisa, "Cuanto os debo por el privado y la atención?".

Le miró fijamente por un momento. Era un n hombre más bien normal, de ojos ligeramente cansados y sonrisa engreída. Más que su propia apariencia, lo que llamaba la atención eran los detalles que revelaban su noble cuna. Aquel anillo de oro, el reloj incrustado de diamantes negros, la corbata de seda, el traje de diseñador exclusivo. Jugó con el anillo un momento, sonriendo, mirándola de arriba a abajo deleitándose en los detalles como quien viese una estatua, antes de volver a tomar un cigarrillo de su chaqueta, y encenderlo con aquella luz azulina de su encendedor en frio.

“Y obviamente, Tunguska…me gustaría escuchar tu visión sobre la ciudad. Soy un hombre que prefiere mantenerse alejado de los conflictos, pero eso no significa que no meinterese saber lo que ocurre.” El humo del cigarrillo le envuelve parcialmente. Deja salir un poco por su nariz, mirándola con una sonrisa. “Tunguska…” Afila la mirada, pensativo “¿Ese nombre es ruso, no? Eso explicaría en parte vuestra impresionante belleza. Las ‘delicias’ de Europa del este, como dicen algunos…aunque dudo mucho haber visto a una tan impresionante como vos en mis viajes.”

Se permite una sonrisa ante tal comentario, acomodándose en la baranda. Dándole otra larga calada al cigarrillo, le mira de reojo, disfrutando cada bocanada de humo que exhala “Podríais partir por compartir vuestras opiniones sobre la situación actual de la ciudad. Entiendo que el ambiente está un poco tenso, últimamente? Tengo entendido que vuestro local salió en las noticias hace poco.”

Se acomoda la corbata, esperando la respuesta. Sabe que ha sido ya suficientemente osado, pero quiere ver hasta dónde puede aguantar la mujer. Como la bolsa, o las compras…al final, todo se resumía a simples apuestas.

Daniel salió del vestuario que los guardias del Cuervo Nocturno utilizaban para cambiarse. Todavía no se acostumbraba a su nueva... característica. Le picaba y molestaba, como una barba de varios días. Se dirigió a su puesto en la puerta, donde uno de los guardias le informó acerca del desconocido que había entrado sin guardar cola y de la reunión que estaba teniendo con la Jefa.

Se dirigió a la puerta del reservado, se situó al lado del guarda de seguridad, le saludó con una inclinación de cabeza y se puso en actitud de espera. Miró a un lado y a otro, controlando a los humanos y a los vástagos que veía desde su posición. Decidió aguardar acontecimientos y agudizar el oído. Tal vez Tun le necesitara.

Frunció los labios, de forma leve. Al igual que contrajo el rostro de aquella forma tan imperceptible. Mirar las ascuas no era siempre una buena idea, pero, por aquella vez había sido demasiado breve. Como la vida del cigarrillo. Mant alguvo la vista en las cenizas. El hermoso rostro no mostraba expresión alguna, salvo la deshumanizada mirada que mantuvo a Durnsin.

- La visión es como la opinión, cada uno tiene la suya propia. La mía es simple. Me la suda quien sea o qué coño sea. Si viene a joderme, le voy a dar por el culo.

Aquello tenía varios significados. El primero era una advertencia. El segundo que pasaba de politiqueos.

- Verá, señor Durnsin - dijo, separándose de la barandilla para mirar el cigarrillo. Después, como la dama que está acostumbrada a que los caballeros le ofrezcan todo tipo de comodidades y caprichos, alzó la vista y la mano levemente entre abriendo un par de dedos de la mano derecha. Se detuvo, con una sonrisa tentadora, esperando que le proporcionase un cigarrillo que colocar entre ambos. Se mordió el labio inferior de forma leve y pícara - Es probable que podamos hacer negocios juntos, si su facción o clan se lo permite, por supuesto. No se preocupe por ahora ni de mi ascendencia ni de la cuenta. Relájese, cuénteme un poco de usted. ¿Qué le ha traído por Barcelona?

La vampiresa vestía un breve traje de colegiala y había dejado su moto en el estacionamiento y después de llamar la atención con su figura y atuendo antes de entrar al lugar miró a su alrededor al ingresar para buscar un rostro conocido y se detuvo cuando observó de nuevo a Daniel y aunque había vuelto a cambiar un poco su apariencia, haciendo sus formas un poco mas voluptuosassabía que este la reconocería de inmediato, así que camino hacia éste con un andar sugerente, para susurrarle cuando se acercara:

- Hola cariño nuevamente! ¿Como te va? ¿Estas muy ocupado?

Desvio la mirada un momento, observando aquellas siluetas bajo la escalera. Sonrió, satisfecho. Tenia lo que queria, ahora era cosa de dejar la correcta impresion. Del bolsillo de su chaqueta salio una pequeña y sobria caja metalica. Sonriendo de lado, la abrio, ofreciendole un cigarrillo.

"Que me trae a tan encantadora ciudad? Dinero." Contesto, resuelto. "Soy un inversionista, y tengo mis ojos en esta ciudad. Edimburgo ya no es tierra prospera para mi...Vengo de escocia, perdonad mi descortesia."

"Antes de entrar al juego, me interesa conocer el terreno, porsupuesto." Extrajo de su chaqueta aquel curioso, pero util aparato. una luz azulina, fria y neutra, encendio un ascua en la punta del cigarrillo que acaba de ofrecerle. "Me gusta respetar a los que tienen a un lugar de mi interes como 'hogar'. Por ahora, solo estoy mirando...buscando tal vez, posibles compañeros de negocios. Los mercaderes ganamos mas trabajando juntos, que compitiendo entre nosotros. Es una norma basica...y el porque las leyes nos ponen tantos problemas para ello."

Dejo salir una suave risa, envuelta en una bocanada de humo. "Y justamente, mis representados no estan interesados en rencillas arcaicas y sin sentido. Los tiempos actuales necesitan una vision especial de las cosas. Asi que..."Se inclina, en una fingida reverencia. Habla con enorme cortesia y respeto...pero aquella sonrisa, es la que le da un cierto aire inquietante.

" Estoy a vuestra disposicion. No se que tan util pueda ser para vos una billetera abultada y unas cuantas amistades en los lugares correctos...Pero si hay algo en que pueda ayudaros, estare encantado. Quizas...algun local que os ofrezca competencia, y necesite ser puesto en su lugar?"

Habla cada palabra lentamente, confiado. El turbio humo de cigarrillo se arremolina alrededor de su rostro, dandole un tono ligeramente siniestro a su sonrisa. Sus ojos claros se desvian un momento, mirando las siluetas bajo la escalera.

"Ah, tal parece que habeis llamado la atencion. De haber visto a una criatura de semejante perfeccion...yo tambien habria venido a cureosear. Les conoceis?".

Off: Will, no perteneces al equipo de seguridad de El Cuervo. Como puse en un Off anterior, no se puede participar en este evento hasta que Durnsin y Tun terminen su conversación.

Off: Hola Tunguska, disculpa pero para ser exactos tu dijiste que no podia interrumpir a Tunguska y Durnsin y Willow no esta intentando hablar con ninguno de ellos, este evento dice estar abierto por quien lo creo, tanto es así que tanto Alice como Poque han escrito tambien en este y a ninguno de los dos tu les escribiste algún comentario al respecto, somos pocos jugando por ahora en este foro y creo que deberiamos sumar esfurzos ... mas que dividirnos, seré respetuosa de tus decisiones como narradora que eres, sin embargo no veo ningún impedimento propio de la historia para que Willow pueda participar excepto tu decisión ... besos!

Off: Te equivocas, Willow, al menos en lo que a mí respecta, si te molestas en leer bien, verás que los de seguridad se encargaron de sacar a Alice de la escena, y por tanto mi pje salió hace bastante rato de ella, concretamente en cuando le pidieron amablemente que se largara. Saludos.

OFF.- Por mi parte, no tengo inconveniente en abrir OTRA escena con nuestra conversación, Will. Si he escrito ha sido únicamente para que se sepa dónde estoy, y previo permiso de la narradora. Me he situado para cuando terminen, pero no he interrumpido. Es como un plano de inserto en una peli, sin hablar. Si quieres podemos abrir otra escena en la que hablemos los demás en la parte de abajo. Me parece lo más correcto, porque hablar dos grupos a la vez en lugares distintos en el mismo hilo es un jaleo. Aunque nos veamos unos a los otros, son conversaciones distintas. Si te apetece, abre otro,avísame por PM y estaré encantado de hablar a los pies de la escalera. Smile

Y eso va por ti también Alice, que te tengo ganas! Wink

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