Tic Tac
Rabbit caminaba a paso firme por las calles, en dirección a la estación de trenes. Buscaba el vagón en que había llegado hace algunos días. El que había arrendado. Por el que había intimidado. Su sonrisa se ensancho al recordar la cara de miedo del dueño del vagón de carga.
No había tiempo. Y el que había no se podía dejar escapar.
El loco criminal vestía su arrugado traje gris. Hecho a la medida del antiguo dueño, ya que a Rabbit le colgaba de algunos lados. El estilo era importante. Mas para el conejo. Miro la hora nuevamente- justo a tiempo- se dijo mientras pisaba la estación.
Se adentro buscando el vagón que traía sus "cosas", las cuales ya extrañaba Maldicion- dijo el loco, cuando vio que el numero de trenes había crecido exponencialmente.
El tic tac en su bolsillo se acelero, y su ansiedad creció. Se detuvo. Rasco su cabeza. Maldijo. Se disculpo. Para luego caminar, buscando entre los demás trenes de carga.
Era muy curioso. Un mini defecto que tenía. Pero era inteligente. Y un criminal, no se olviden.
Y así husmeando camino bajo la Luna creciente.