[Dia2][Despacho de Alice] Planes (Sergio, Alice)

Sergio llegaba puntual, aún me estaba acostumbrando a los cambios que habían tenido y estaban teniendo lugar en mi vida debido a mi nuevo cargo, era todo demasiado extraño y novedoso, acostumbrada a vivir sin lujos ni grandes responsabilidades, ahora me veía un poco sobrepasada por todo lo que estaba sucediendo.

El nuevo senescal me había cedido un despacho, tenía guardia personal las 24 horas, y un montón de gente que se empeñaba en ir detrás de mí a todas partes. Había dado largas a la ghoul que querían asignarme como secretaria, en cuanto a la guardia, no podía hacer mucho, además, no quise subestimar su servicio, yo no era invencible y ahora que era primogénita, no venía mal algo de ayuda extra.
En cuanto al despacho... Lo detestaba con toda mi alma. Era todo lujo y comodidad, no me pegaba para nada, comparado con mi refugio, esto era otro mundo, un mundo que no iba con mi forma de ser, pero tendría que acostumbrarme.

Llamaron al timbre y abrí la puerta, Sergio pasó sonriente y me hizo una reverencia que estuvo de más, sabía que me molestaba tanto protocolo, y por eso lo hacía, me trataba como a la reina de Saba y luego se reía de mí abiertamente, así que ya no me molestaba en pedirle que dejase los modales para quien le importasen.

Señalé uno de los sillones.

- Buenas noches, Sheriff, póngase cómodo, ¿Desea beber algo? - Él no era el único que podía pasar por educado.

El lujo no es lo mío, el contacto físico tampoco, así que el abrazo de Sergio me coge desprevenida, aunque no hago más que esperar a que se separe para mirarle como si le hubiese salido otra cabeza.
Entrecierro los ojos ante su petición para que no le golpeé (otra vez) y decido que le dejaré vivir un poco más.

- No, esto no es lo mío, tanto protocolo me hace sentir fuera de lugar - Respondo dejándome caer en el sillón frente a él - Pero no me queda otra, yo quería largame y tener mi huerto, solo acepté esto porque si no lo hacía, iba a buscarte problemas muy grandes, así que no me toques las narices.

Hago una pausa y cojo una buena bocanada de aire.

- Dime, ¿Qué te trae ante mí? Ya tienes permiso para cazar en mis dominios, ¿Ha sucedido algo?

Una sonrisa se dibuja en mis labios cuando Sergio vuelve a repetirme que no entiende para qué quiero yo un huerto, creo que le vuelve loco ver a una Brujah anhelando una vida tranquila y solitaria y plantando patatas, es algo que le resulta tan extraño como un elefante con alas, pero en fin, nunca me he considerado típica y mucho menos tópica, y mi sueño es tener una parcelita y un huerto con una casa pequeña y vivir feliz y tranquila.

Clavo mis ojos en los del Sheriff cuando la conversación gira hacia derroteros más serios. Le escucho con atención y cuando termina asiento.

- No voy a llamarte loco por preocuparte por mi bienestar, y mucho menos por querer organizar a nuestro clan en la ciudad. Tienes toda la razón, no hacen más que portarse como vulgares delincuentes de poca monta, parece que se hayan olvidado de lo que son y de lo que nuestro clan representa. Somos algo más que pandilleros, y no valemos solo como fuerza de asalto. Pero creo que no será fácil convencerles, aunque estoy dispuesta a intentarlo. Alzaré la voz para intentar organizarlos, y que empiecen a darse cuenta de lo que se nos viene encima.

Suspiro pensando en cómo llevar a cabo todo esto.

- La pregunta es obligada ¿Tienes pensado como iniciar todo esto? ¿Tal vez convocando una reunión?

Una nueva sonrisa asoma a mis labios, desde que conozco a Sergio tengo clara una cosa, es impulsivo. Cuando quiere algo, lo quiere ya, y es como si de pronto el suelo quemase y él no pudiese pararse quieto, como un niño ansioso por un juguete.
Alzo una mano para pedirle calma.

- No podemos hacer todo esto sin consultar a los de arriba - Le digo- Más concretamente al de arriba, o a su inmediato inferior. En cualquier caso, antes de nada, habría que contar con la aprobación del Príncipe ¿No crees?

Off: Ok, pues que los jefes confirmen si les parece o no la "reunión de amigos" XD

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Asiento y dejo escapar el aire entre los dientes a modo de risita irónica.

- Hermano... Más de dos Brujah reunidos en un lugar nunca es una reunión de amigos, es un problema seguro para alguien - Respondo mirándole a los ojos- Por mí está bien, si Melas da el visto bueno, ¿Qué día se llevaría a cabo el evento? - Arqueo una ceja- ¿Tengo que preparar algún discurso? Se me da mejor improvisar... Aunque no tengo muy claro qué debo decirles, realzaré sus virtudes y acrecentaré su ego, eso siempre funciona, ¿Verdad?
Bromeo.

- A parte de esto, ¿Hay algo más que quieras comentarme? ¿Todo bien por la ciudad?

Me encojo de hombros y desvío la vista hacia la ventana.

- Me tratan con no más que cortesía, algo a lo que estoy poco o nada acostumbrada, pero aún no conozco mucho al resto de primogénitos - Le digo con algo de nostalgia- Muchas noches las paso aquí en aburridísimas reuniones, poniéndome al día de todo, y de la nueva política que Melas quiere ejercer. Creo que a todos les interesa menos a mí, intento poner atención, pero... También él está preocupado por la guerra que se avecina, no es ningún secreto que el Sabbat ha aprovechado todos los cambios en el poder para ganar terreno. Y a pesar de todo, creo que Melas será un Príncipe conveniente, es un cabrón, justo lo que debe ser un Príncipe, y no le tiembla el pulso a la hora de hacer constar su autoridad. Es un líder, eso no se lo niego, tan solo espero que eso nos dé ventaja en lo que está por venir.

Suspiro.

- Y poco más, echo de menos salir a divertirme sin más preocupaciones que la de que me pille el día lejos del refugio. - Le señalo- Tú y Fernando aún me debéis un baile, no me he olvidado.

Arqueo una ceja ante sus palabras.

- Ese trato es muy conveniente para ti, según veo. No pierdes nada y ganas mucho ¿No hermanito? - Sonrío ante su expresión - No te preocupes, soy orgullosa pero no estúpida, si estoy en dificultades y necesito a un Sheriff cerca, te llamaré a ti y a quien haga falta. Lo mismo te digo, si necesitas algo de mi parte y está en mi mano ayudarte, lo haré. Igualmente si necesitas hablar o tratar con cualquier otro de los primogénitos, si no tienes cómo comunicar con ello, puedo servirte de enlace. No hay problema con eso.

Hago una pausa antes de preguntar.

- ¿Sigues teniendo el mismo refugio en el mismo lugar, o te has mudado?

Suelto una risita al escucharle y ver su cara de emoción cuando le pregunto por su refugio.

- Vaya, así que te has montado toda una fortaleza para ti solito, todo es poco para el Sheriff de Barcelona, por supuesto - Hago una pausa y frunzo el ceño -¿Apolo? ¿Es alguna mascota? ¿Un Ghoul? - Pregunto interesada - No sabía que tuvieras ninguna de las dos cosas, bueno, alguna noche, cuando mis obligaciones me permitan salir del Eliseo, iré a hacerte una visita.

Miro hacia uno de los grandes armarios que hay junto a la pared.

- ¿En serio no quieres beber nada? Puedo ofrecerte sangre en botella y en embase original, es un alucine, viene un ghoul y te ofrece el cuello como si fuera lo más normal del mundo, ni se queja ni nada, es... Raro. A mí me dijeron que puedo vivir en el Eliseo, es lo ideal, pero yo me resisto a dejar mi refugio fuera de aquí, lo que sí he tenído que hacer es trasladarlo para estar lo más cerca posible del Eliseo, pero sigue siendo un discreto apartamento de 80 metros cuadrados - Suelto una risita- Y así es como me gusta.

Suelto una risita cuando lo imagino siendo despertado a lametazos, pero mi humor desaparece al oír su siguiente confesión, le miro.

- Lo entiendo mejor de lo que crees, pero esto no es como matarlos, creo que de algún modo extraño y retorcido, esos humanos quieren que nos alimentemos de ellos, porque quieren llegar a ser como nosotros. Alimentarse de un humano no significa matarlo, de hecho, en el Eliseo se procura mantener el control, es... De muy mala educación matar a un ghoul por no ser capaz de parar en el momento adecuado - Vuelvo a sonreir- De todas formas, entiendo que no quieras beber directamente del envase, durante muchos años, yo misma me negué a hacerlo y me gané grandes e intensas represalias por ello.

Hago un gesto con la mano.

- También tengo sangre en botella...