[02:00][Al Cuervo digital] Investigacion privada [Damian-Anibal]

Mis labores con la Secta habían terminado por esta noche, pero aun había cosas que quería saber. Durante la reunión se dijeron cosas de un incidente hace poco tiempo, en un lugar llamado "el cuervo digital", creo que era algo digno de indagar, información relevante podría sacarse de eso.
El problema, no conosco la cuidad lo suficiente como para manejarme solo, la solucion, buscar alguien que si.
Saliendo tras de mi viene uno de mis hermanos, un hombre con ropas ajadas, que toda la noche a llevado junto a si una mujer que presento como su mascota. Mi mirada le recorre como un relampago, su cabello rubio pajoso y sus ropas me dicen que hace mucho que no las cambia, quizas desde el mismo abrazo. Su insistencia en presentar a la mortal como mascota me habla de alguien moralmente muy distorsionado, ademas, las pocas ocaciones que hablo, parecía tener un severo problema de comunicación. Sin duda no era el sujeto perfecto para hacer compañía, pero si era, como yo creía, un hijo de Malkav, sus conocimientos y habilidades podrían ser sumamente útiles. Ademas, según dijo el Obispo, el era el nuevo Ductus de una de las manadas de la cuidad.
Mis pasos se dirigen a el mientras le saludo con un gesto de la mano.
- Buenas noches, mi nombre es Anibal, el suyo es Damian, ¿no?

Asedio, sangre, caos, muerte, destrucción, anarquía, riesgos.

Muchas palabras que iban surcando mi mente cuando me retiraba del lugar. Tengo hambre, no tanta, pero sí tengo. No estaba seguro de lo que pasaría mañana, por muchos planes que se hicieran, disponía de poco tiempo. Así de rápido como fui nombrado Ductus, de la misma manera puedo perder mi liderazgo, o peor aún, perder mi no-vida. Era complicado...

La paranoia, especialmente esta noche, me empezaba a consumir. Yo estudié sobre esto, muchos años. Hay algunos que no saben que están locos, porque no la conocen como yo. Pero yo lo sé. Y por mucho que, a veces trato de evitarlo, no puedo. De todos modos, la necesito. Es una relación de querer y no querer. A veces llego a odiarlo, pero siempre, siempre, voy a necesitar estar abrazado de la locura.

Tiro de la correa de Lenore. Ella tose, muy fuerte. No sé como estará su garganta, posiblemente muy irritada. Pero si aprende a moverse sin que tenga que tirar, entonces dejará de tener esa molestia. Miro hacia atrás, hacia adelante, a todos lados, me fijo de que no haya nada que me pueda caer encima o algo así. Nada... Aún...

Amplifico mis sentidos para mantenerme alerta. Siempre es útil, aunque muchas veces no me pasa nada, es mejor ser precavido...
Por lo menos eso mi paranoia dicta... (Auspex 1)

Sin embargo, nada me preparó para toparme con alguien. Yo di un paso atrás, y Lenore se puso a ladrarle al sujeto. Parecía conocerme, posiblemente estaba en el Banquete - no creo que un extraño se le haya ocurrido subir el Tibidabo sólo para ir a expiar pecados. Tiré de la correa otra vez para que Lenore deje de ladrar.

- Síi, ese eeeees mi nombre. ¿Qué neces-itas de mí? - Respondo, yendo al grando.

Parece algo alterado ante mi presencia, si mi teoría de su linaje resulta correcta, es posible que padezca Agorafobia o Paranoia, eso explicaría su nerviosismo, en cualquier caso, sera mejor tratarlo con cuidado.
- Muy buenas noches hermano, mi nombre es Anibal - digo mientras me retiro el sombrero de la cabeza - Le vi adentro, en el Banquete, ¿le molestaría si le pido algunas direcciones?

Una presentación muy educada, sacándose el sombrero. Yo mantengo la correa fuertemente en mis manos, mi mascota ha estado alterada desde el espectáculo del Banquete, esa orgía de sangre de la que no pude probar bocado.

¿Direcciones, yo? Já. Con suerte sé donde estoy parado.

- Nooo import-a cuan-to tiempoooo viva en esta ciud-ad, nunca me aprender-é los camin-os. Sin embar-go, mi mascota puede saberlo, quizáaa no lleve más tiempo que yo con los pie-s en la tierra... O quizá sí, pero por lo menos conoce Barcelona.

Tiro de la correa de Lenore, al ver que se distraía otra vez con la luz de las estrellas.

- ¿Qué necesita saber, señor Aníbal? - Preguntó ella con educación, a pesar de no estar viendo al sujeto, sino hacia arriba.

Aquella situacion tenia bastante de bizarro, la mujer me ah hablado ahora en lugar de su amo, a pesar de que logre resistir mi impulso de saludarla a ella cuando ambos se acercaron, ahora dirigo una mirada hacia ella, solo por un segundo estoy a punto de responder a ella la pregunta, pero luego regreso con mis ojos al cainita, al amo...
- Pues, escuche durante el banquete que sucesos importantes ocurrieron en el cuervo digital hace poco tiempo - me aclaro la garganta - Pues si no ah pasado demaciado desde eso, es posible que encontremos pistas sobre lo ocurrido en el mismo lugar, y eh pensado en dirigirme allí para ver que puede averiguare...

Interesante. Posiblemente sea un buen lugar para recolectar información. Podría saber más de ese tal Sergio, el Sheriff...
Todavía siento que Alexia hace falta por aquí. Supongo que habría estado alegre de que haríamos para mañana...

- Supongooo que no será prob-lema si le acompaño. - Le digo al tal Anibal, para luego dirigirme a mi mascota - Lenore, guíanos al Cuervo Digital.

Recordaba vagamente el lugar aquél, pues ahí mismo me había juntado con Erik, quien ahora posiblemente estaba o muerto, o aún torturado. Como sea, sé que mi mascota podría saber mejor el paradero del lugar.
Ella asintió con la cabeza, y empezó a caminar a alguna dirección. Supongo que tendría que seguirle. Sosteniendo la correa, yendo un poco más atrás que ella, camino.

El sujeto no solo me indicaria el lugar sino que ademas iria conmigo, aquello estaba bastante bien. La chica comenzo a guiarnos mientras yo camine junto a Damian, solo espero que la chica conserve su sentido de la orientaciones después de perder su mente...
- ¿Puedo preguntarte algo hermano? - seria una buena oportunidad para escuchar de quien lleva más tiempo en la cuidad...

No mires atrás, no mires atrás, no mires atrás...

¡Agh! Ya lo hice. No puedo evitarlo. Miro hacia atrás, sólo unos segundos, para calmarme a mí mismo, y mirar al frente otra vez, sólo al frente.
El camino se me estaba haciendo un poco más familiar. A pesar de que todavía no sabía exactamente el camino, Lenore parecía conocerlo bastante mejor. Posiblemente, antes de que fuera mi mascota, visitaba esos antros humanos.

Anibal me hace una pregunta sobre hacer una pregunta. Sería mucho más simple y directo hacer la pregunta misma y ya. Tanto rodeo, tanto protocolo... Tan... Inútil.

- De poder, pued-es. - Respondo, mientras sigo el paso de mi mascota.

Mantengo un ojo sobre mi compañero en cada momento del viaje, esperando algo que delate la fuente de su incomodidad. Alli esta, una mirada fugaz, se volteo para comprobar si su espalda era segura, si la mirada hubiese sido hacia arriba, habría apostado por agorafobia, pero miro a su espalda, el sujeto probablemente es paranoico.
- Vos conocéis mejor al Obispo, ¿que opináis de su liderazgo? - Mi pregunta va cargada con una pequeña dosis de curiosidad, como si naciera solo de una duda sana y nada más.

Es un tema que poco y nada me ha importado. La única molestia que tengo es que dio demasiado poco tiempo para el Asedio de mañana. Pero nunca he analizado su liderazgo...

- Podrí-a hacerrlo me-jor. - Respondo, sin dar rodeos.

El camino era un poco largo desde la Catedral de Santa Eulalia hacia el Cuervo Digital. Posiblemente tendríamos mucho de qué hablar.

- ¿Tienes algún desc-onteeento ante el Obispo? - Le pregunto yo, sólo por curiosidad.

Miro hacia atrás otro momento, aunque en realidad no quería. Miré hacia adelante otra vez.

Permanesco con la mirada al frente mientras de reojo mantengo mi atencion en Damian, sus palabras no me sorprendían, al parecer la politica no era de su incumbencia, nisiquiera la política sabbat.
- No tengo descontento alguno, simplemente intento analizar las posibilidades que tenemos en esta guerra - Guardo silencio un segundo, dando oportunidad de analizar lo que digo - En una guerra existen factores a considerar para intentar predecir el resultado de esta, específicamente 4 factores, dos de ellos tienen directa relación con el Lider, es por eso que debe ser analizado con cuidado.

No sé a qué quiere llegar. Yo he cumplido mi función como Ductus hasta ahora, he hecho un plan de Asedio en una sola hora, y no es nada pequeño, aunque sí caótico. Si se espera más de mí, allá ellos.
No digo nada. Hasta ahora no ha dicho nada que yo sienta necesidad de replicar. Sólo me he limitado a preguntar una curiosidad y a responder el resto.
La música electrónica empieza a llenar mis sentidos. Quizá no sea el local todavía, pero debemos estar cerca, hay varios otros en el camino, no sólo el Cuervo.

Lenore se detiene un momento, para rascarse detrás de la oreja, e alguna manera con el pie, sentándose.
No la pensaba apurar, ella sabía el camino, ella guiaría. Sólo me detuve hasta que ella calmara su picor.

Miro a Anibal. Si quiere decir algo, puede decirlo, pero no se lo pediré, pues mi interés están en otros detalles. Si quiere mi opinión sobre algo, se la daré, pero tiene que pedirla.

Damian se detiene a esperar que la chica se rasque la oreja, no me molesta, me detengo pacientemente junto a ellos y espero.
Su silencio me sugiere que mis palabras no despiertan su interes, lo cual confirma mi teoria de su total desinteres en la política, si quiero su atencion, tendre que poner algo más interesante sobre la mesa...
Tras varios segundos de silencio absoluto, me decido a hacer otro intento de averiguar un poco más de este sujeto.
- La hermana secuestrada era compañera de manada vuestra, ¿no?, ¿es por eso que decidiste venir a investigar?

Tenía que sacar a Alexia a colación...

No sabía cómo responderle. El Vinculum era parte del lazo que teníamos, pero, a pesar de lo poco que hemos podido compartir, no era el único lazo. Era una persona interesante, a pesar de parecerse mucho al "estereotipo" que mi Sire me ha descrito de su Clan, hay algo más, cosa que me di cuenta en aquél examen en sus gestos, durante esos cinco minutos de silencio.
Me quedo mirando para abajo un momento, de verdad no sabía cómo responderle.
Luego de un momento, encuentro una vaga manera de responder.

- Sí.

No podía responder más.

Lenore se levantó y partimos otra vez.

Comenzamos a caminar otra vez, pero ya tenia lo que queria, había visto lo que quería ver, una respuesta humana. Hasta ahora solo habia visto de su parte apatia y algo de curiosidad, nada que pudiese sugerirme algo de sus motivaciones, más alla de su aparente paranoia, pero la mirada al piso de recien, su exprecion, todo su rostro cambio con mi pregunta, aquella chica era especial para Damian, algo distinto a lo que la sangre puede conseguir.
Pocos placeres quedan en mi no-vida, el análisis y la deducción son el mayor de ellos, nada se compara con desenmarañar un misterio, y no existe mayor misterio que las personas, humanos o cainitas.
- ¿Que harás con su captor cuando lo encontremos?
Nuestros pasos nos llevan al fin al suburbio nocturno de la cuidad, la música se mesclar de varios locales cercanos, no tengo idea cual de ellos es nuestro objetivo, pero la chica que acompaña a Damian camina con la seguridad suficiente para pensar que sabe a donde se dirige.

FDJ: Supongo que necesitaremos Narrador para cuando estemos en el Cuervo.
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Creo que él se dio cuenta de mi reacción. Es de esperar, se nota en sus preguntas que quiere sacarme algo. Si no hubiese reaccionado como lo hice ante su pregunta sobre Alexia, no hubiese seguido con aquél tema, que tampoco sabía como responder.

- Su captor ees el Sheriff de-e Camarillaaaa. Si lo que he es-cuchaDO es cierto, no podría siquiera tocaaaarle.

Y eso me llenaba de impotencia. Era un enemigo formidable, según lo que Erik nos contó. Lo odiaba, de alguna manera, lo odiaba, pero sabía que era fútil enfrentarme solo contra él, si es que lo encontraba. Sólo daría más bajas a mi Manada, y al Sabbat.

Supongo que llegamos, porque Lenore se detuvo frente a un local, con música muy fuerte y varias luces de neón. Miro hacia arriba.
"Cuervo Digital". Llegamos.

Off: Si deseais mi "neutral" intervención solo tenéis que decirlo, eh ^^

Frente a ustedes se despliega el cuervo digital, un edificio grande cuyas oscuras ventanas resuenan por los bajos de la música en su interior. Mientras sus muros parecen palpitar al ritmo de la música, en la entrada hay una pequeña cantidad de personas esperando poder entrar al lugar, un miembro de la seguridad del lugar esta de pie en la puerta controlando el acceso

Hemos llegado a nuestro destino, frente a nosotros esta el cuervo digital, ahora teníamos dos opciones, podíamos entrar por nuestra cuenta y buscar pistas, o podíamos ubicar al jefe de local y pedirle acceso a las grabaciones.
La primera opción es poco viable, mi compañero no pasara desapercibido dentro, y menos la chica que usa como mascota, y algo me dice que no estará dispuesto a dejarla fuera...
La segunda opción entrañaría cierto riesgo, existe la probabilidad de que el dueño sea algún camarilla, y necesitaremos una mentira bastante buena para justificar nuestra búsqueda si ese es el caso.
Peso ambas opciones durante algunos momentos, luego decido la segunda opción, en la primera el éxito dependerá de la reacción de terceros, en la segunda, de mi propia capacidad para mentir, y siempre es preferible cargar uno con el peso de su vida.
Sin decirle nada a mi acompañante, camino hacia el hombre de seguridad.
- Buenas noches, ¿se encontrara el dueño del lugar?

Por muy raro que el humano pueda ver que lleve a mi mascota por una correa, yo no reacciono extrañado porque ellos llevan sus perros encadenados. Además, más de una vez he visto a estos que creen comprender la naturaleza cainita, esos tales "góticos", haciendo lo mismo con sus parejas. No me preocupo de quitarle la correa a Lenore.
Primeramente habría reaccionado con indiferencia y haberme metido sin más dentro del club nocturno y preguntar ahí dentro, o más bien mandar a Lenore a que lo haga. Sin embargo, Anibal se adelantó a cualquier acción mía y habló con el guardia anteriormente. Yo me quedo callado, esperando ahí, con... Un poco de paciencia, y mucha sensación de incomodidad. Los lugares llenos de gente nunca han sido de mi agrado, ni en vida ni en no-vida. Cuando estoy rodeado de los compañeros de la Secta, no me preocupo tanto, pero la presencia humana a veces, incluso, me repugna. Es como estar rodeado de ovejas malolientes y descerebradas.

Espero que no tenga que quedarme cerca de tanta humanidad por mucho tiempo. Trae recuerdos que no quiero meter en mi mente ahora, y sensaciones incómodas que odio mantener.

El sugeto de seguridad se ve sorprendido por el sujeto que se adelanta en la fila para hacer una consulta, durante algunos instantes mira a Anibal como si no comprendiera la pregunta, la vestimenta del sujeto no se acercaba siquiera a la acostumbrada en aquel local. Luego de algunos instantes parecio reaccionar.
- ¿quien le busca? - dice en tono más bien confuso que intimidante...

- Muy buenas noches caballero - me retiro el sombrero solo a unos centímetros de mi cabeza - mi nombre es Anibal, y yo y mi compañero nos gustaría intercambiar algunas palabras con el dueño del local
Mientras digo eso, hago un gesto con la cabeza en dirección a Damian.

Tanta cordialidad... Tanta sutileza inútil... ¿Debería considerar semejante "protocolo" como un comportamiento humano? Por mucho que yo haya vivido en Inglaterra, siempre encontré las reglas de etiqueta occidentales algo completamente inútil. De seguro la inventó un humano levantado de culo...

Sólo asentí al ser indicado. No había necesidad de más.

Evidentemente, aquel señor de seguridad que controlaba la entrada de gente de fiesta y bastante pasadita de todo, miró bien a Aníbal. Inclinó la cabeza, devolviéndole el saludo desde su enorme altura.

Echó un vistazo a Damian y sobretodo a Lenore. Aquel señor que les acompañaba parecía un hombre cabal, pero aquellos dos parecían dos niñatos colgados más. Seguramente, pensó que Aníbal era el padre de alguna de las dos criaturas y que no estaba muy satisfecho porque se hubieran pillado un colocón en El Cuervo.

- Dígame, señor¿Para qué tema quería ver al encargado? - dijo, con un tono amable, oliéndose una demanda.- Quizás yo o alguno de mis compañeros pueda ayudarle.

El guardia recorrió la escena con la mirada un par de veces, al parecer tratándola de hacer encajar en su mente. Tras algunos segundos, respondió ya en si mismo otra vez, seguramente su mente había logrado crear una historia que le convencía.
- Si fuese tan amable de decirle que la buscamos por el asunto del incidente de la pasada noche, decidle que no somos de la prensa, sino de un grupo más selecto...