[Día4]Buscando un deseo[Alcantarillas](Abierto)

Mireille había bajado demasiado por las alcantarillas y su mariquita indicaba que no tenía cobertura, desde ese teléfono solo podría llamar a los números de emergencia, las gruesas paredes de hormigón le separaban del mundo exterior extingiendo así la señal del telefono...

Furiosa, para que negarlo, se echó a reír con deleite.
Marcó el número 4213. Y cerró los ojos para no ver lo que pasaba.
Mentira, vale, sólo cerró uno meintras espiaba con el otro.

Cuando pulsó todos los dígitos un sonido sepulcral inundó la sala, el agua empezó a subir poco a poco y el teclado se bloqueó, se oyó una compuerta cerrarse. Quizás la que permitia que el agua saliera de ahí que el volumen de esta empezase a subir poco a poco, cuando el agua llegaba por las rodillas de Veronica un mensaje apareció en la pantalla "Seguridad activada", acto seguido una descarga electrica sacudió a verónica. (Tira resistencia, dificultad 6. Por cada exito recibirás un daño menos, el daño máximo es 4).

La fuerte sacudida habría matado o dejado inconsciente a casi cualquier humano normal y corriente y luego el agua lo habría ahogado o la turbina lo habría descuartizado, por suerte para la señorita Loxiar esa trampa estaba diseñada para vampiros y no para humanos, ella no necesitaba respirar y podía agarrarse a la fuerta gracias a que estaba consciente. Nuevamente volvió a aparecer el hueco para los 4 dígitos, otros 3 nuevos intentos mientras la sala se inundaba.

Definitivamente, aquella no era la combinación correcta. Cuando oyó el ruido y el sonido de la compuerta se asustó, pero más le afectó ver como subía el agua. Definitivamente, ya podía dar por perdido uno de sus vestidos favorito...

Pero después vino lo peor. Una descarga atravesó su pequeño cuerpo. Aquello dolía bastante.

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Estaba dolorida y magullada. Gimió un poco mientras el agua seguía subiendo. Se intentó calmar para poder pensar con claridad, estaba demasado alterada para que las cosas le salieran bien.

Empezó a respirar con calma mientras se fijaba en la dichosita inscripción que acompañaba al mecanismo de seguridad.

Después de unos instantes, un rayo de luz se abrió en su mente. Abrió los ojos con sorpresa:
-¡Claro!¡No es tan difícil! -sonrió, mientras marcaba el número 0843.

Al primer intento de la nueva tanda salió una luz verde en la pantalla y la puerta se abrió sola soltando parte del agua y empujandote hacia fuera, luego la puerta empezó a cerrarse con un mecanismo automático, parecia que todo ahí dentro estuviera conectado por una red central o algo así, sin duda alguna debías estar acercandote cada vez más, los nosferatu guardaban bien la ciudadela de las alcantarillas.

Tu ropa había quedado humeda y deteriorada, y tu movil-mariquita se había apagado, aún que quizas volviera a encenderse con el tiempo pero era algo que no podias asegurar, parte de la ropa se te había pegado al cuerpo posiblemente a raiz de la descarga eléctrica y te había dejado los pelos extremadamente encrispados, aún notabas estar cargada de electricidad estatica, y cuando te acercaste al metal del que estaba hecho el silo te pegó un pequeño chispazo.

A la salida del contenedor de agua pudiste observar construcciones más caprichosas, ya no había vuelta atrás, no solo no estabas segura de volver a poder pasar por el infierno de la tubina y el grandioso tobogan si no que además no sabias como abrir la puerta ya que desde fuera parecía no tener panel, solo manivela y tu no podias con ella.



Ante ti una gran galeria se abria, utensilios viejos la decoraban, un pequeño carruaje, ruedas de madera, posiblemente hace siglos hubo aquí algún tipo de escabación o alguna cosa por el estilo que justificara todo esto, pero tu lo desconocias, debajo tuya un gran lago, por el medio un gran tunel y hacia arriba unas escaleras que subian y sobre el posa manos de las escaleras, justo al principio, una pequeña rata de color blanco dibujada, mirando escaleras arriba.

Aquello era un infierno en vida. Su ropa, su pelo, su dolor... Pero lo peor, mil veces peor...¡su mariquita! Si estaba buscando la muerte, la había encontrado. El mundo ya no era tal y como lo conocía, sin duda, había bajado del cielo al infierno. Se tocó el cuello para localizar el pulso. No lo notó. Echó vaho sobre su mano. No lo sintió.
Sí. Sin duda había muerto y bajado a los infiernos. Se encogió de hombros mientras comenzaba a andar y curiosear por el nuevo lugar.
-Bueno, ya tengo un objetivo... -musitó, con deleite, mientras andaba por el lugar con dificultad, -Documentar el inframundo.

Se fijó en todo, y cuando vio a la ratita dibujada, la saludó sonriente, mientras comenzaba a subir las escaleras.

Empezaste a subir peldaño a peldaño la escalera que parecía casi quebrarse a tus pies, cuando llevabas unos 6 o 7 metros de altura empezaste a escuchar un ruido de fondo, conforme ibas subiendo el sonido se acrecentaba y al poco rato una docena de ratas pasaban por debajo de tus piernas rapidamente escaleras abajo. En el lugar podías ver algún que otro murcielago y el lago, antes con agua estancada, ahora parecía crear pequeñas ondas sobre su superficie. Finalmente acabaste llegando a una puerta con una rata blanca nuevamente dibujada en el pomo. Las ratas seguramente habrían salido de aquí arriba, ya que parecía haber diversos huesecillos y alguna que otra muerta, negra como el carbón a los pies de la pequeña puerta metálica.

Pegó un respingo al ver aparecer tantísimas ratas. ¡Qué pena no tener animalismo! Negó con la cabeza, mientras curioseaba los desechos del suelo. Se fijó en el agua con curiosidad, pero antes de pensar, intentó usar el poder de su sangre paar recuperarse un poco (gasto 3 puntos de sangre para curarme)

Desde luego tirarse al río era un 7,3, mientras que la puerta metálica era un simple 5,4. Aunque a la puerta se le sumaba un bonificador de +2, por ser la vía de camino más probable. Eso situaba a la puerta a sólo una décima por encima que al lago.

Se mordió el labio inferior, pensativa. Se giró hacia la puerta, mirándola con atención y, desconfiada, usó sus ojos del caos sobre ella.

(Int+Des)

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Al no notar nada raro, sospechó que debía estar más despistada de lo normal. Seguro que aquella puerta era maligna, pero como no se le ocurría ninguna forma de evitarlo, se encogió de hombros y se acercó para abrirla.

La puerta estaba algo dura y había que tirar de ella, empujaste hacia atras delante con fuerza permitiendo que una bocanada de fuego te golpeara casi en las fauces, por suerte la bocanada no era permanente, solo era un chorro de fuego una sola vez.


Tira:

Destreza + esquiva + Fortaleza Dif 8, por cada acierto 1 agravado menos (Máximo 4).

Autocontrol Dif 8 (Evitar Rosterch).


Este lugar estaba lleno de trampas y había que ser extremadamente cauteloso.

¡FUEGO! Mireille pegó un chillido


(des+es) La fortaleza me la como!

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Auto(con dados incluídos.. XD)

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La llamarada te pilló casi de lleno prendiendo tus ropajes, en ese momento caiste en la desesperación y saltaste para llegar al agua pero tu salto se quedó corto. (Resistencia Dif 6. Daño contuntente.) Tras la aparatosa caida rodaste hasta el agua.





Efectos de la pifia: Un turno adicional el llegar al agua (+1 daño agravado por ropas quemadas), caida aparatosa al suelo (la caida no tiene por que desembocar en daños).

No quiere recordar el desastre que fue ni las consecuencias de su innata curiosidad. Se había echo mucho daño y estaba, al fin, en el agua.

Jadeó, mientras intentaba llegar a la orilla, empapada, herida y cansada.

(Res)

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Saliste del agua con grandes dificultades, por suerte tu no puedes ahogarte. Al salir te paraste a observar que había menos luz que antes el fogonazo había quemado los cables del tello y ahora solo quedaba una bombilla para iluminar la inmensa estancia, no se veia del todo bien. (Aumenta en 2 la dificultad con la vista).

Una vez estando fuera descubriste que tu ropa había sido calcinada casi por completo y los antrajos que hubieran quedado habían sido desechos por la caida, tu rodadura hasta la orilla y luego tu patoso nado...en lugar de un vestido parecía que llevabas 3 o 4 trapos encima.

Se observó, mientras intentaba recuperarse un poco. (gasto un punto de sangre para el contundente)
-Bueno... El estilo homeless todavía no ha pasado de moda- comentó, divertida, mientras cojeaba para alejarse del lago.

Estaba desoncertada, y se encontraba muy mal. No recordaba haber sentido tanto dolor en su vida.

Así que se fue a un rinconcito, se sentó con elegancia, mientras intentaba arreglar su pelo. Se cruzó de piernas y colocó su espalda recta contra la pared. Inspirtó, con calma. Se llevó las manos a la cara y ... comenzó a llorar.

Estando sentada entre la oscuridad empezabas a sentirte más comoda, poco a poco tus nervios se iban calmando mientras ibas pensando en la situación. Las ratas no han vuelto, el agua vuelve a estar estancada, ¿Cuanto tiempo habrás pasado sentada sin hacer nada?

Miró a ambos lados, con cara de cansancio y dolor. Se sentía muy sola y aquella no parecía haber sido una buena decisión.

Se comenzó a mover y echó un vistazo en la cueva, con precaución y sus sentidos alerta.

La cueva estaba completamente oscura, pudiste ver debido al color claro una rata blanca, más chica que la anteerior, dibujada en la entrada de la cueva, entrando dentro. La vista de casualidad, gracias a un trozo de madera que todavía ardía y que se había desprendido de la trampa que arriba había situada.