[Día 2 - El galpon] Encuentro planeado (Alice y Liam)

Una vez Liam se marcha, cojo el papel que ha dejado sobre la mesa y lo guardo en uno de los bolsillos del pantalón antes de consultar la hora en el reloj de mi muñeca. Sergio no debe andar lejos, dejo que transcurran varios minutos mientras mi mirada se pierde en algún punto y la ritmo machacón de la música electrónica hace vibrar el suelo bajo mis pies, y luego, me pongo de pie y camino hacia la entrada.
Una vez estoy junto a mi Harley, saco el móvil y llamo a Sergio. No termina de dar el segundo tono cuando contesta.

- ¿En tu casa o en la mía? - Pregunto sin más preámbulos.

- Podría haber sido muchas cosas, pero el que no se arriesga, no gana. Si siempre vamos por ahí negándonos a todo, nunca conseguiremos nada- Le miro - ¿O crees que eres tú el único con derecho a meterte en todos los líos?

Hago una pausa y entro al tema una vez me he asegurado de que nadie nos oye.

- Es un Sabbat, antiguo Camarilla, según dice se cambió de secta por amor y venganza, esas gilipolleces me hacen pensar que es Toreador, además mencionó ser fiel solo a su arte... Bah, esas mierdas, ya sabes.- Hago un gesto de la mano como si no tuviera importancia- Quiere vender a su secta a cambio de protección, pasar a ser independiente y no tener problemas, estar protegido y vivir feliz como una perdiz.

Sonrío con sarcasmo.

- Dice que nos revelará el refugio del obispo y de un par de manadas ¿Cómo lo ves?

Cuando termina de hablar, saco el papel donde Liam ha apuntado su número y se lo tiendo.

- Toma, se llama Liam, si quieres reunirte con él, ahí tienes cómo localizarle - Le digo- Respecto a Melas, claro, habrá que contarle esto, pero cuantas más personas lo sepan, más posibilidades hay de que se filtre algo y se carguen al tío o peor. Si no está mintiendo, sería una pena que la espichara antes de poder darnos esa info, pero si es una trampa... - Hago una mueca- Hay otra cosa: Le pedí que, como prueba de fe, bebiera de mí. No se negó, pero quiso tomar la sangre directamente de mi cuerpo. No me pareció buena idea.

Suelto el taco sobre el que estoy apoyada y lo dejo junto a los demás.

- Si no se te ofrece nada más, voy a ir a descansar un poco, ha sido una noche larga.

- Sobre ponerme en contacto con él, puedes estar tranquilo, no tengo ninguna intención. Si quieres hacerlo tú, usa el número. A no ser que vuelva a enviarme a un mensajero, dudo mucho que sea yo quien le busque, si es que Melas o tú me decís lo contrario. El mensaje con la información iba para tí, yo solo he sido la manera de entregarlo, a partir de ahora, este tema corre de tu cuenta.

Me giro hacia la puerta y echo a andar.

- Hasta que volvamos a vernos, hermano.