[Día 2] El encanto Malkavian [Cuervo Digital] (Alice y Mireille)

Asintió, ordenando sus ideas.
-Hace mucho tiempo, los Brujah lideraron la ciudad de Cártago, era una ciudad donde vampiros y humanos convivían en armonía. Desgraciadamente la ciudad fue destruida por causa de los ventrue.

-¿Alguna duda sobre esto?-inquiere, antes de continuar.

Frunzo el ceño, y niego con la cabeza, a la espera de que continúe hablando. Alrededor, la música, las voces y todos los ruidos parecen haberse atenuado.

- No, puedes continuar- Digo atenta.

Sonríe y continúa explicándose.
-Bueno, hay varias teorías al respecto, pero casi todas tienen relación directa con un brujah, Troile. No sé si has oído hablar de cierto clan, se llaman los verdaderos brujah, hace mucho que nadie sabe nada de ellos y los más ingenuas creen que desaparecieron. Estos brujah son muy antiguos, y no son como los actuales. Son eruditos y estudiosos, y muuuy tranquilos. Diríamos que se parecen un poco a ti. La teoría en cuestión sostenida por estos vampiros es que Troile diabolizó a su sire, y que los brujah actuales son los vástagos descendientes del diabolista.

Esperó para ver como Alice se lo tomaba, antes de comentarle las otras teorías.

Asintió otra vez, para proseguir.
-Hay otras dos teorías, que yo recuerde. En ambas, creo, no se incluía la diablerie, pero si a Troile, como personaje central de todas. Ciertamente, me temo que no recuerdo más. Lo leí cuando era muy niña... -se diculpó, azorada.

Sonrió mientras asentía.
-Ha sido un placer poder haber servido de ayuda. ¿Me cuentas más sobre Ignis?

Se comenzó a balancear en su asiento, mientras sonreía, totalmente risueña y divertida.

Me encogí de hombros y me apoyé en el respaldo del sillón.

- No puedo contarte nada, no sé más de lo que Berit ha contado en la reunión, apenas llevo en Barcelona unos meses, y Melas nunca nos habló de la situación de los Brujah aquí, la verdad es que tanto el Sheriff como yo lo notábamos algo resentido con nuestro clan, pero pensábamos que se debía a la mala relación que casi siempre existe entre Brujah y Ventrues... Ahora sé que había un trasfondo para su actitud, aún así me gustaría saber qué pasó realmente, creo que la primogénita Berit podrá contarme más.

Se encoogió de hombros, y actó seguido palmoteó.
-Yo creo que no hay mucho que contar,¿no? O dominación o dementación, ¿Por qué apostarías más?

- Yo creo que sí hay mucho que contar, y quién mejor que ella que lo vivió, aunque por supuesto su versión solo la consideraré como eso, una versión, después si quiero saber más, me tocará investigar.

La miro y arqueo una ceja.

- No suelo apostar y menos en cosas como esta, antes de opinar, quisiera saber más.

Sonrió, divertida.
-Entiendo perfectamente... ¡Aunque a mí me tienta dementación! -se notaba que no era muy capaz de hablar de temas serios. -Disculpa, Alice. ¿Vas a representar a tu propio clan como azote? Como se vio ayer, sois muy pocos...

Asiento y desvío la vista con cierto fastidio.

- Sí, qué remedio... Somos Sergio y yo, así que tendré que ser Primogénita y Azote - Me encojo de hombros- Doble trabajo, así no me aburriré.

Solté una risita.

- ¿A quién nombrarás Azote Malkavian? ¿has pensado en alguien?

Se rió, visiblemente divertida ante el comentario de la Brujah.
-Supongo que no deja de resultar irónico el hecho de una Brujah no muy amiga de la violencia. Muchos otros de morirían por los dos cargos.
Asintió, visiblemente feliz.
-Si, claro. Ya lo he pensado y es casi seguro. Parece un buen malkavian. No es de los más trastornados visiblemente, lo cuál implicará que probablemente sea el más lunático. Pero muy bien. -comentó sonriente. -Y si no te interesa, ¿por qué no conviertes a alguien , como sugirieron?

Y si no te interesa, ¿por qué no conviertes a alguien , como sugirieron?

La miro y niego.

- Me interesa menos condenar a alguien a esta existencia solo porque yo no quiera afrontar mis responsabilidades - Respondo- Además, de nada valdría crear a un vampiro si se necesita un azote ahora, un neonato no podría ocupar el cargo inmediatamente, enseñarle y entrenarle llevaría un tiempo que no tenemos.

-Entiendo. De poco serviría intentar buscar a un nuevo azote, por todo el trabajo que requeriría su preparación. Bueno, se ve que seguirán siendo 2 los Brujah de la ciudad. -comentó, sonriente.
-Aunque también parece que jamás quieras convertir a nadie, por lo que te pasó cuando aún eras mortal -dijo, mientras removía su batido de chocolate con la pajita, ensimismada.

Sonrío a medias mientras miro las palmas de mis manos.

- Es como saber que tienes es Sida y dedicarte a transmitirlo. Aunque quizá la comparación no sea muy adecuada, teniendo en cuenta que es la única manera que tenemos de perpertuarnos... A mí no me pidieron mi opinión ni me dejaron elegir, ¿Y tú, tuviste elección?

Dejó de dar vueltas a su batido.
-¿Elección?No, no tuve. Pero era esto o la muerte, así que salí beneficiada, ¿no crees?
Sonrió, con tristeza. Se notaba que su mente no estaba allí, si no lejos, quizá recordando o pensando cosas.

Pero era esto o la muerte, así que salí beneficiada, ¿no crees?

Su sonrisa triste apoyó la respuesta que yo no verbalicé. Desvié la vista hacia las personas que bailaban en la pista y una vez más envidié a todos aquellos a los que aún les latía el corazón en el pecho.

- ¿Cómo fue tu conversión, Mireille? - Pregunto tras un largo momento, mis ojos buscan los suyos, a la espera de su reacción.

Sonrió, aparentemente divertida. Como si tu pregunta le hubiera hecho mucha gracia.
-Si he de ser sincera, y lo soy, no tengo ni absoluta idea. No recuerdo nada. En un momento era humana y cuando volví a abrir los ojos ya no lo era. ¿Cómo fue la tuya?¿Te trataba bien tu Sire? -costestó, mientras correspondía a tu mirada con la más franca posible,

- Supongo que... Fue morir y regresar de la muerte, no es un viaje agradable, recuerdo dolor, miedo, frío y negrura, luego recuerdo un sabor, una textura, recuerdo beber y querer más, y esas ansias fueron las que me trajeron de vuelta.

Hago una pausa y la miro.

- Mi sire me arrancó a mi hijo recién nacido de los brazos, y se lo llevó Dios sabe dónde, ¿Crees que después de eso me trató bien? No, solo fui mercancía. Me usó, y cuando ya no me quisó, me despachó de cualquier modo, fin de la historia.

Le hago un gesto.

- ¿Y a ti te trató bien, mal o no te trató?

Se notaba interesada en la converisón de la Brujah, como si fuera sorprendente que se pudieran notar tantas cosas y ella no tuviera ninguna.
-No fue un buen Sire el tuyo, pero los hay mucho peores, así que supongo que dentro de lo que cabe tuviste más o menos suerte.

Estaba dudosa, como si no pensara mucho en su Sire.
-Era un sádico, eso lo sé. Probablemente ha sido el malkavian más atroz que he conocido. Aún mantenemos una extraña relación cuando nos encontramos... -sonrió, con una sonrisa retorcida y aire distraído. -Pero no me trató demasiado mal después de mi conversión.

Ella se rió, con deleite.
-Si sólo has conocido ese tipo de malkavians, enhorabuena. Pero me veo en la obligación de decirte que la gran mayoría de ellos pueden hacer auténticas atrocidades por placer. Hasta yo me alejo de miembros de mi Clan, y... también algunos se alejan de mí. Somos inestables y peligrosos, no tengo problema en reconocerlo. Puedes pensar que no corres peligro hasta que llega el día, y ya es demasiado tarde para ti.

Asintió, con deleite, mientras parecía hacer memoria, recordando algo.
-Los nosferatu, sin duda. Me atraen como la luz a las mariposas.

Se echó s reír, divertida también al recordar al Toreador.
-Sí, fue muy amable por su parte defenderme del Primogénito Sansblo, no fue muy educado conmigo. Pero no, no quiero confundirte. Hablar con los Toreador es un deporte realmente interesante, me encanta. Y no sé si estás al tanto de las costumbres y normas del clan Toreador, pero si ha corrido la noticia de lo que hizo, ha perdido muuucho respeto entre los suyos. Está mal visto llegar a las manos, se supone que lo que admiran es la sagacidad y la astucia en las palabras. Los que contestan con las manos, pierdan mucha ante los ojos de los demás.
-El clan que menos me gusta... Los Tremere. -expuso, mientras una mueca de desprecio se dibujaba en su cara. -Si de mí dependiera me aseguraría de que los exterminaran a todos.

Se había puesto acalorada de la rabia, al hablar de los Tremere. Debían gustarle muy poco.